sábado, 3 de marzo de 2012

La belleza interior

Aunque creas que ya nada es igual.
Aunque tu cuerpo ya no luzca de la misma manera en que estaba.
Aunque tu vestimenta haya cambiado; hay algo que sigue intacto.
Y es tu belleza interior.
Toda dureza que se pudo haber acumulado a través de los años.
Todo malestar y todo el dolor ya insoportable, no harán que cambies por dentro.
La belleza interior es lo que te hará siempre una bella persona.
Nadie es inmune a los cambios de la vida.
A todos nos pasan acontecimientos que nos hacen modificar costumbres.
Pero ninguno de ellos nos cambia la esencia.
Lo que siempre seremos.
Lo más sano y puro que es nuestro interior.
Ese centro lleno de luz de energía que nos guía por los siglos de los siglos.
Esa hermosura que tiene como misión brillar por toda la eternidad.
Todo eso está en vos y jamás se irá.
Aunque se hayan ido las parejas y los amores pasajeros.
Aunque los nuevos golpes ya no tapen las cicatrices viejas.
Aunque repitamos historias, siempre tendremos la belleza interior.
De todo pozo se sale por arriba, ya que arriba está la luz, está nuestro Dios.
De toda oscuridad, se sale por la luz.
Y de todo encierro que nos veamos cubiertos, se sale por el mismo lugar en el que entramos.
La paz y salud mental.
La parte espiritual de cada ser.
Los buenos deseos de bienestar.
Todo esto nos hará recuperar ser quien fuimos y quien queremos ser.
No hay problemas mayores cuando la fe es muy fuerte y la tenemos pegada al corazón.
Focalizar lo que queremos, lo que deseamos con todo el poder del corazón.
Creer y creer cada día más, ya que siempre hay más y puede llegar a ser infinito si se trata de amor real.
Pensar en todo lo que podemos llegar a ser.
Que cada sueño postergado, que cada meta que hemos pausado por cualquier contratiempo, no frene todo el tiempo que tenemos por delante.
Y aunque por fuera nos veamos como cajas fuertes, con una extrema dureza de tantos tropiezos, de tanto que nos han dañado; ya eso no importa.
Toda roca, tiene su corazón blando.
Protejamos lo interno, la belleza interior.
Y toda caparazón se irá derritiendo hasta mostrarnos tal cual somos.
Que no existan vestiduras que nos impidan mostrar nuestra esencia, el núcleo de lo que estamos hechos.
Porque estamos llenos de amor.
Llenos con un mar de paz y serenidad.
Plenos de tranquilidad y sabiduría.
Y si llegamos hasta acá, es por haber aprendido.
Fuimos a todas las clases, tomamos todas las lecciones posibles; rendimos miles de pruebas y en el balance, nos ha ido bien, porque estamos en este presente hermoso donde nadie puede impedirnos ser felices.
Miremos siempre con amor, ya que en los ojos se puede ver quién somos en realidad.
Las miradas no mienten.
La realidad no puede ser tapada.
Recordemos siempre a las personas que nos han marcado, que han dejado huellas en el camino de nuestro corazón.
Mantengamos la memoria sana y pura y pidamos a Dios que proteja a cada una de esas personas que nos hicieron ser quien somos hoy.
Las adoro! Las quiero!
Y siempre estarán en mí!
MARIANO SANTORO