Ese periodo determinado que conocemos como tiempo; ese mismo que muchas veces nos aprisiona, el que nos condiciona a poder seguir, el que nos frena y se encierra en algo que deseamos.
Esa magnitud con la categorizamos lo que es el durante de un instante.
Y siempre hemos sido dueños de nuestro tiempo y de lo que hacemos con él.
Pero la vida nos fue llevando por impulsos y por la confianza en demás personas.
Dejamos salir lo que teníamos bien protegido, lo que cuidamos con el alma esperando ofrecerlo a la persona correcta.
Y correcto es darnos cuenta que todo lo que hicimos, quedó atrás.
Estamos en la hora para amar, porque el tiempo sucede en este momento, es ya mismo.
Y tenemos la llave que puede abrir ese espacio entre lo que fue, lo que queremos y lo que será.
Lo que hemos vivido fue de gran aprendizaje y hoy, es hora para amar.
Nuestro corazón lo siente y lo quiere vivir.
Nuestro cuerpo, es el acompañante perfecto para poder llegar a hacer realidad lo que desea.
Los latidos saben de tiempo y también saben lo que es mejor cerrar para poder abrir lo que esté por llegar.
No existe una época ideal para practicar el amor, porque no se trata de una moda; amar es un sentimiento que sale cuando el mismo corazón ya no lo puede ocultar en su interior.
Y lo oculta no de la luz, porque el mismo amor es quien provee de esa luz divina e interna, sino que lo cubre para que la persona que llegue, le de un buen uso y lo valore.
Todo lo que hacemos con respecto a nuestro tiempo, las actividades en las que ponemos lo mejor, las ganas y deseos de ver ese trabajo terminado, son las mismas que nos dicen que es hora para amar.
Es hora, porque aunque el tiempo pase, los sentimientos verdaderos perduran.
Lo bueno no vence, no se pierde, sino que queda y traspasa el tiempo y el espacio; porque además de darle espacio a lo que queremos, se abren lugares de nuestras emociones y surgen otras nuevas; nacen sensaciones, salen expresiones y todo, porque creemos que ya es hora para amar.
Son muchas las etapas en las que hemos creído que todo lo que soñábamos, podíamos cumplirlo según nuestra voluntad.
Y pudimos cumplir varios sueños, pero amar, es mucho más que eso.
Es la culminación de algo anhelado, de algo que nuestro ser, pedía a gritos desde nuestro núcleo.
Es ese maravilloso estado en el que nos liberamos de prejuicios, porque el verdadero amor, no sabe de límites, porque lo único que tiene que saber, es dar lo mejor de sí.
Y no hay una edad predeterminada para amar, no tiene una duración exacta.
Ya es hora para amar, porque simplemente sucede y pasa.
Y la ocasión, puede hacerse canción.
Hora para amar, hora para creer que ha llegado lo esperado.
Y cuando entreguemos la llave, nuestro ser le dará la bienvenida a ese amor, el mismo que fortalecerá al propio y juntos, lograrán el poder del verdadero amor cuando se une.
MARIANO SANTORO
Esa magnitud con la categorizamos lo que es el durante de un instante.
Y siempre hemos sido dueños de nuestro tiempo y de lo que hacemos con él.
Pero la vida nos fue llevando por impulsos y por la confianza en demás personas.
Dejamos salir lo que teníamos bien protegido, lo que cuidamos con el alma esperando ofrecerlo a la persona correcta.
Y correcto es darnos cuenta que todo lo que hicimos, quedó atrás.
Estamos en la hora para amar, porque el tiempo sucede en este momento, es ya mismo.
Y tenemos la llave que puede abrir ese espacio entre lo que fue, lo que queremos y lo que será.
Lo que hemos vivido fue de gran aprendizaje y hoy, es hora para amar.
Nuestro corazón lo siente y lo quiere vivir.
Nuestro cuerpo, es el acompañante perfecto para poder llegar a hacer realidad lo que desea.
Los latidos saben de tiempo y también saben lo que es mejor cerrar para poder abrir lo que esté por llegar.
No existe una época ideal para practicar el amor, porque no se trata de una moda; amar es un sentimiento que sale cuando el mismo corazón ya no lo puede ocultar en su interior.
Y lo oculta no de la luz, porque el mismo amor es quien provee de esa luz divina e interna, sino que lo cubre para que la persona que llegue, le de un buen uso y lo valore.
Todo lo que hacemos con respecto a nuestro tiempo, las actividades en las que ponemos lo mejor, las ganas y deseos de ver ese trabajo terminado, son las mismas que nos dicen que es hora para amar.
Es hora, porque aunque el tiempo pase, los sentimientos verdaderos perduran.
Lo bueno no vence, no se pierde, sino que queda y traspasa el tiempo y el espacio; porque además de darle espacio a lo que queremos, se abren lugares de nuestras emociones y surgen otras nuevas; nacen sensaciones, salen expresiones y todo, porque creemos que ya es hora para amar.
Son muchas las etapas en las que hemos creído que todo lo que soñábamos, podíamos cumplirlo según nuestra voluntad.
Y pudimos cumplir varios sueños, pero amar, es mucho más que eso.
Es la culminación de algo anhelado, de algo que nuestro ser, pedía a gritos desde nuestro núcleo.
Es ese maravilloso estado en el que nos liberamos de prejuicios, porque el verdadero amor, no sabe de límites, porque lo único que tiene que saber, es dar lo mejor de sí.
Y no hay una edad predeterminada para amar, no tiene una duración exacta.
Ya es hora para amar, porque simplemente sucede y pasa.
Y la ocasión, puede hacerse canción.
Hora para amar, hora para creer que ha llegado lo esperado.
Y cuando entreguemos la llave, nuestro ser le dará la bienvenida a ese amor, el mismo que fortalecerá al propio y juntos, lograrán el poder del verdadero amor cuando se une.
MARIANO SANTORO