Desde que nacemos y aunque traten de ayudarnos, el primer gran logro es aprender a caminar.
Adelante, tenemos todo un mundo lleno de sorpresas.
La bondad de nuestra familia y amigos que nos ven en ese crecimiento.
Damos lo mejor de nosotros a partir de nuestro esfuerzo.
Espera, dijo la esperanza.
Ten fe, dijo la felicidad.
Mucha gente viendo hojas otoñales caer de los árboles de vida.
Los pasos que das, son los mismos que te permiten seguir.
Y llegan los momentos en los que recuperamos la alegría y nos hacen viajar a lugares de nuestra memoria.
Nos apoderamos de esos recuerdos y los traemos al presente para compartir y para confirmar que el trayecto ha sido muy grande y variado.
No todo ha salido como uno quería, pero sí, que lo que hoy se ve, es fruto de buenas semillas, de haber continuado y cuando nos cruzamos de vereda, supimos retomar la correcta para avanzar.
Abrazos de ternura y emoción.
Palabras que dejan marcas, mientras una escenografía natural, nos contiene con su energía.
El haber afrontado una situación y alejar los miedos.
El creer que se puede si nos dejamos acompañar por los sentimientos.
Y el niño que se encontró con un adolescente libre y disfrutando de esa libertad.
Y el paso de los años, hacen que ese adulto comparta con su hijo, con su sangre, un mismo camino.
Los pasos que das, son los que a través de Dios, te dicen que sigas.
Todo lo que diste, hoy lo seguís dando de otra manera, con experiencia, con sabiduría, con ganas de mucho más.
Y la mente vuela y se cruza con el corazón; el cuerpo algo cansado, toma fuerzas para suspirar y brindar.
Encontrarse con lugares ya transitados y ver que el tiempo es parte del juego del destino.
Que algunas cosas siguen estando y siendo parte.
Que la perseverancia tiene premios para repartir.
Y aunque algunos amigos ya no estén físicamente, el corazón les guardó un espacio.
Y la familia y los regalos y los pasos que das, caminan y tienen algo más por delante.
Una gran mezcla de sensaciones que al expresarlas, generamos mucha adrenalina.
Los pasos que das, pueden ser pequeños como los que diste en los comienzos de tu vida.
Pero esos pasos, ya han conocido caminos y saben diferenciar lo bueno de lo otro.
Pasos que dejan huellas seguras para los que quieran seguir en ese camino.
La vida tiene muchísimos momentos y si nos detenemos alguna vez a disfrutar lo que tenemos, lo que hemos transitado, lo que hemos dejado y abandonado, lo que hemos aprendido y descartado.
Los pasos que das, son los que cuando no había un lugar o un camino, lo hiciste vos mismo, lo creaste y lo fuiste armando como querías.
Los pasos que das, son los que enorgullecen a quien te mira caminar.
MARIANO SANTORO
Adelante, tenemos todo un mundo lleno de sorpresas.
La bondad de nuestra familia y amigos que nos ven en ese crecimiento.
Damos lo mejor de nosotros a partir de nuestro esfuerzo.
Espera, dijo la esperanza.
Ten fe, dijo la felicidad.
Mucha gente viendo hojas otoñales caer de los árboles de vida.
Los pasos que das, son los mismos que te permiten seguir.
Y llegan los momentos en los que recuperamos la alegría y nos hacen viajar a lugares de nuestra memoria.
Nos apoderamos de esos recuerdos y los traemos al presente para compartir y para confirmar que el trayecto ha sido muy grande y variado.
No todo ha salido como uno quería, pero sí, que lo que hoy se ve, es fruto de buenas semillas, de haber continuado y cuando nos cruzamos de vereda, supimos retomar la correcta para avanzar.
Abrazos de ternura y emoción.
Palabras que dejan marcas, mientras una escenografía natural, nos contiene con su energía.
El haber afrontado una situación y alejar los miedos.
El creer que se puede si nos dejamos acompañar por los sentimientos.
Y el niño que se encontró con un adolescente libre y disfrutando de esa libertad.
Y el paso de los años, hacen que ese adulto comparta con su hijo, con su sangre, un mismo camino.
Los pasos que das, son los que a través de Dios, te dicen que sigas.
Todo lo que diste, hoy lo seguís dando de otra manera, con experiencia, con sabiduría, con ganas de mucho más.
Y la mente vuela y se cruza con el corazón; el cuerpo algo cansado, toma fuerzas para suspirar y brindar.
Encontrarse con lugares ya transitados y ver que el tiempo es parte del juego del destino.
Que algunas cosas siguen estando y siendo parte.
Que la perseverancia tiene premios para repartir.
Y aunque algunos amigos ya no estén físicamente, el corazón les guardó un espacio.
Y la familia y los regalos y los pasos que das, caminan y tienen algo más por delante.
Una gran mezcla de sensaciones que al expresarlas, generamos mucha adrenalina.
Los pasos que das, pueden ser pequeños como los que diste en los comienzos de tu vida.
Pero esos pasos, ya han conocido caminos y saben diferenciar lo bueno de lo otro.
Pasos que dejan huellas seguras para los que quieran seguir en ese camino.
La vida tiene muchísimos momentos y si nos detenemos alguna vez a disfrutar lo que tenemos, lo que hemos transitado, lo que hemos dejado y abandonado, lo que hemos aprendido y descartado.
Los pasos que das, son los que cuando no había un lugar o un camino, lo hiciste vos mismo, lo creaste y lo fuiste armando como querías.
Los pasos que das, son los que enorgullecen a quien te mira caminar.
MARIANO SANTORO