jueves, 19 de junio de 2014

Mensajes sin tiempo

No se trata de tecnología para recibir los mejores mensajes.
No es cuestión del Otoño que con su color dorado nos inspira a teñirnos y sentir que la vida puede ser mejor.
No se trata de un crudo Invierno donde es más importante el abrigo humano que el de tela.
Y un Verano que nunca llega porque los sueños fueron creados en un lugar sin espacio físico.
Y la Primavera ha sido siempre la esperanza de regresar y todo quedó en una espera idealizada.
Los mensajes sin tiempo son los que nos da la vida cada día y tan sólo estando equilibrados y centrados, podremos entenderlos.
Los impulsos no llegan a ningún sitio y nosotros, muchas veces dependemos de un lugar.
Y el espacio que transcurre esperando, no pertenece al tiempo humano.
No se trata de horas, ni de minutos, sino de aprender a manejar la paciencia.
Y en esas tardes de vida, un banco de plaza era testigo de una conversación de una pareja y una señora con años de experiencia.
Visualizando y exteriorizando sus buenos deseos, amando a la vida porque ha sido una buena escuela para ella.
Y los paseos se daban causalmente y todo lo que llegaba, se disfrutaba.
Y las mañanas eran alegres, pero estaban llenas de ilusiones y con muy poca magia.
Y las noches eran de espera, donde la ansiedad ha dejado entrar un pequeño dolor que fue acrecentando su poder.
Y se aprende que lo más importante somos nosotros, al prorizarnos, a querernos.
No existe nadie que viva por nosotros y somos los dueños de el tiempo que debemos y queremos disfrutar.
Lo que piensen las personas, puede cambiar, pero los sentimientos importantes, son los que duran.
Y no se trata de barrios, ni de lugares, no se trata de ver lo que no sucedió, sino de observarnos interiormente.
Y nos encontramos solos y hablando con el alma, que es la única experta en estas situaciones de lo cotidiano.
Y comenzamos a darle más valor a lo espiritual, a sanarnos y abandonar la queja y lo que no pasó.
Todo tiene un motivo y por nuestro bien no pasa todo lo que deseamos.
Y ahí aparece la humildad donde simplemente se deja relajar y ponerse a creer que hay un plan especial.
Es nuestra tarea aprender a descifrar los mensajes sin tiempo.
Los que por alguna razón especial, quieren quedarse a vivir en nuestro corazón.
Por cada uno de esos bancos con historia y por cada época del año.
Por la creencia del amor eterno, más allá de lo físico, más allá de la misma humanidad.

MARIANO SANTORO