Diálogo es básicamente, permitirnos escuchar al otro y saber de tiempos.
Encontrarnos en historias en las que hay muchas palabras en común.
Mirarnos y atrevernos a ver más allá de lo que queremos decir.
Cuando estamos abiertos a las oportunidades, observamos que la vida tiene mucho para decir.
Una charla puede ser novedosa y puede generar muy buena energía, pero nadie sabe lo que sucederá.
Y es en ese misterio en el que el diálogo, no sólo son palabras expresadas.
Son más veces en las que el cuerpo dice mucho más que las bocas.
Y estas mismas bocas quieren callarse y dejar paso a los besos.
La hermosa sensación de poder decir a través del cariño.
Y los besos que no se dan, son los que quedan guardados a la espera de una nueva chance del destino.
Diálogo y destino, 2 palabras inmensamente unidas por la magnífica experiencia de vivir.
Colores que se unen y se mezclan.
Y aparecen las risas que dejan atrás a las lágrimas por ese pasado que tanto daño nos ha hecho.
Y los ojos, con sus propios temores, se animan a mirar y a reflejarse.
Los espejos ajenos son los que más verdades dicen de uno, porque somos nosotros quienes nos reflejamos ahí.
Espejos y espacios de una misma persona, intentando conquistar a otra.
La sabia seducción sabe de tiempos y de destino.
Sabe de placeres y sabe del amor verdadero que se protege como la vida misma.
El diálogo es uno de los pilares más importantes en una relación y lo siguiente, se lo dejamos al futuro para que nos sorprenda.
MARIANO SANTORO