Hoy me elevo sin dejar de tener los pies en la tierra.
Hoy me dejo llevar y volar, recorriendo lugares de la mente que viven en el corazón.
La elevación que se hace canción con cada latido, marcando el camino hacia mi destino.
Elevación que me hacen sentir libre, porque aprendí a romper las cadenas de lo negativo.
Libertad que se transforma en la piel que me cubre y que quiere descubrir todo lo nuevo que llegue.
Me detengo a maravillarme con la naturaleza y me siento parte de ella.
Me fascino mientras sigo creyendo y me abrazo a cada minuto en que siento el amor en mí
La fe es lo que me moviliza.
Me siento dueño de todo lo que me permito observar.
Propietario de todo el mundo que vive en mí, ya sin alquilar partes de mi dignidad.
Elevación que alguna vez fue sueño y hoy es realidad.
Elevación que de pensamiento pasó a la acción.
Y todo el niño que alguna vez fui, hoy está acompañando al adulto en esta bella escuela de la vida.
Charlas y risas cómplices que dan paso a ideas y nuevos proyectos.
Porque la inmensidad no asusta, sino que genera emociones.
Y es en la creatividad donde encuentro mi comodidad para ser libre.
Y escribo caminos para desafiar, dibujo calles para transitar y lleno de colores cada rincón, porque en cada lugar secreto, se abren nuevas puertas.
No existen las calles sin final, porque siempre hay nuevos comienzos.
Elevación es mi presente en la cual me enorgullece la misión que tengo por delante.
MARIANO SANTORO