Sabemos que hubo noches tan oscuras que ni siquiera había sombras.
Almas perdidas que vagaban ilusionadas de encontrar algo o alguien.
Cuerpos vacíos y algunos, fantaseando llenarlos con esperanza.
Mentes ocupadas viviendo en tiempo pasado.
Y vos, con tu deseo bien fortalecido.
Aprendiste a sortear obstáculos y también a las personas que querían dañarte.
Te limpiaste, tanto física como álmicamente.
Observabas el cielo, jugabas con las estrellas y sabías que había una especial.
La que sería tu guía en este aquí y ahora.
La estrella que vos adoptarías para proteger.
Y fuiste madre sin dejar de ser mujer.
Y tu niña interior salía también a jugar.
Ninguna, quería perderse la oportunidad del destino.
Sonreíste y el cielo se abrió.
La divinidad escribió tu nombre y comprendiste el sentido de la vida.
Comenzaste a ser la reina de la noche, vestida con estrellas.
Fortaleciste tu ser y visualizaste tus sueños adolescentes.
Aún estabas a tiempo de lograr mucho, ya que tu misión estaba naciendo.
Alegrate, estás muy cerca.
MARIANO SANTORO