sábado, 28 de septiembre de 2019

Esperanza

El sueño estuvo siempre presente, aunque haya sido parte del pasado, bien quería lograrlo en mi futuro.
Desde la fe natural, fui invirtiendo en ellos, porque creía que había algo más que lo cotidiano.
Mi confianza crecía y al fortalecer mi autoestima, sabía que en algún momento, algo iba a suceder.
El anhelo de poder compartir mucho más que momentos.
En paralelo, mi optimismo aumentaba porque iba consiguiendo llegar a nuevos destinos que me había propuesto.
Hermosa creencia en la que puse mucho más que mis intereses.
Y el entusiasmo por ver físicamente lo que tenía como meta, me daba un nuevo motivo para continuar.
Siempre fui un creador de ilusiones, pero eso no impedía que quiera vivir una realidad verdadera. 
Y había expectativa, quizás demasiadas.
Observaba mis perspectivas y siempre había algo para ganar.
Mi seguridad está basada en ser honesto y fiel con mis sentimientos.
Las fantasías se juntaban a jugar y ver quién llegaba primera.
Y en mi imaginación, hubo cuerpos y algunos rostros.
Pero la sorpresa era que llegue alguien real.
Y ahí estabas; muy cerca, casi al alcance de mis besos.
La causalidad sabe hacer sus jugadas maestras.
Y todo lo que sea aprendizaje, siempre llamó mi atención.
Hoy renuevo mi esperanza.
Hoy te doy la bienvenida a mi vida.
MARIANO SANTORO