El cuerpo tiene diferentes maneras para expresar todo lo que pasa en su interior.
El cerebro, por momentos, quiere jugar sólo y abrirse, pero todo se une cuando se trata de salud.
Las piernas tienen la misión de llevarnos hacia nuestro destino.
Caminando, atravesamos obstáculos y nos vamos sorprendiendo a medida que avanzamos.
Los brazos que bien saben de amistad, abrazan con fuerza a esas bellas personas que llegan a nuestra vida.
Las maravillosas manos dan cariño y caricias, mimos y saludos.
Escriben todo lo que sienten que es necesario volcar en un papel o virtualmente.
La caja donde protegemos al corazón, tiene varios vecinos y convivientes.
Y todos se comunican a través de síntomas y signos.
Señales que nos ayudan a comprender lo que puede estar pasando.
La cabeza pensante, trata de evitar pensamientos nublados.
La boca que besa, también quiere hablar y a veces, no puede.
Las palabras silenciosas que alguna vez no dijimos, se quedan estancadas.
Se bloquea la comunicación con lo externo.
Y la mirada comienza a lagrimear.
Todo el ser, se une por dolor en la apresurada búsqueda llamada amor.
La contención ajena, es válida y suma a todo lo que nos suceda.
Los labios quieren sellar lo que pueden ser secretos, pero también lo que sentimos por los demás.
Una lucha en la que debemos salir ganando, porque el mayor deber, es priorizarnos y tener fe, que vamos a seguir, porque aún hay mucho por vivir.
MARIANO SANTORO