Hoy me regalo la oportunidad de escuchar a mi madre; la que me ha dado vida.
Hoy, siento cada palabra, como la mayor enseñanza.
La increíble maravilla de oír y hacer que todo su diálogo, viaje por mi ser.
Hoy abro mi regalo personal y encuentro todo lo bello que mi padre ha hecho en mí.
Mirar el espejo y sólo reflejar valores humanos.
La transparencia del ser que se conecta con el cuerpo y toda su luminosidad.
Sorprenderme que en esa caja brillante llamada vida, estoy dando lo mejor de mí y sabiendo que mañana, seré un poquito mejor.
Ser protagonista en la historia de amor que mis padres crearon.
Verme crecer, confirmando que mi niño, aún sabe jugar.
Y es en la inocencia que me comunico con todos mis recuerdos.
Que por algo viven en mí y proyectan todo lo que aprendo como alumno.
Muchas pueden ser las cajas que acumulamos, pero lo mejor, es tener la sabiduría de llenarla con la esencia del amor.
Y en cada viaje interno que hago; buceo hacia el núcleo de las emociones.
Y la sonrisa es el cartel que aparece en el camino mientras vamos cumpliendo nuestra misión.
La energía positiva que ayuda a guiarnos en momentos de incertidumbre e impulsividad.
Todo lo que nos hace detener por nuestro bienestar y optar por priorizarnos.
Hoy puedo ver un hermoso paquete que recibo en cada amanecer y lo voy llenando con mensajes divinos.
Y la luz que sale, sé que puede ayudar a quien esté pasando por un momento de oscuridad.
Gracias Dios, por regalarme el sabor de cada instante compartido con mis padres.
MARIANO SANTORO