Es probable que estés cansada de perderte.
De andar por calles sin sentido, sin una salida a la vista.
Largas rutas, repletas de promesas incumplidas.
Puertas que se abrieron de par en par y observaste cosas que te ayudaron a cerrar algunos puntos y ponerles final.
Amplias avenidas, con carteles de esperanza.
Carreteras de ilusiones, en medio de la incertidumbre.
Montañas de mentiras, que la adultez logró poder discernir.
Pistas que dejaron en los rastros de tu percepción.
Demasiadas huellas en las que el destino, quiso mostrarte otro camino.
Una alternativa en tu vida, para darle color.
Y al fortalecer tu autoestima, aprendiste las lecciones.
Comenzaste a construir a la persona que querías ser.
La fuiste llenando de todo lo que te hacía brillar y sonreír.
Todo lo opuesto, lo dejaste a un costado y te alejaste lo más que pudiste.
Y viste, que tu reflejo era otro, que tu mirada, ya tenía su propio poder.
Decisiones correctas en esta bella travesía de vivir.
Descargaste todas las mochilas y sin itinerario predispuesto, fuiste por el camino del amor.
El amor personal, el que te permitrá crecer hacia todos lados.
La única senda que te salvará y te dará sus mejores frutos.
MARIANO SANTORO