Primavera marca el calendario y mi cuerpo aún se está despegando de algunas marcas que el destino me enfrentó.
Espinas que han dolido en su momento, pero la superación está en el amor por la vida.
Y me despierto con el ánimo en nivel elevado.
Mi ser no hace ruido, porque aprendí a interpretar los silencios.
Y veo en derredor y veo que aún hay gente intentando despertar.
Algunos, en un sueño profundo.
Y mientras otros temen abrir sus párpados, abrir sus pétalos, abrir sus brazos; los entiendo y respeto.
Los tiempos personales son tan cambiantes como las estaciones.
Y yo, me subo a la que comienza y me dedico a observar.
Hay demasiada belleza en todo lo que puedo mirar.
Hay caricias acumuladas que tengo para dar.
Hay, porque supe juntar en cada viaje interior.
Y en ese haber, observo mis etapas; tal como un álbum de fotos que se encuentra al azar.
Dentro de mi profundidad, aún hay ganas de jugar.
El aroma de mi piel, es el perfume del amor.
Encuentro tanto, que me alegro y lo disfruto.
Colores naturales, pensamientos emocionales.
La razón y el corazón, en un juego de ajedrez.
Hago mi movida y digo presente.
MARIANO SANTORO