Luego de tanto transitar, nos dimos cuenta que nuestro camino estaba en el universo.
Nos atrevimos a cruzar límites físicos y mentales.
Nos animamos a creer en que había un más acá que nos unía.
Acercarnos al corazón del otro y latir juntos.
Mixturar las emociones y potenciar los sentimientos.
Conectamos con el ambioma y modificamos algunas costumbres.
Empezamos a comunicarnos con la mirada y hablamos desde el alma.
Sin esperar respuesta de nadie, nos elegimos para continuar.
Sólo escuchamos las voces internas.
Y el cielo nos reserva un lugar exclusivo.
Sin importar el tiempo, llegaremos luego de disfrutar el viaje.
Nos despejamos del traje y quedamos desnudos en esencia.
Crecer y trascender; compartir en este bello vivir.
Estrellas parpadeantes nos guían hacia la inmensidad.
Verdades que estamos dispuestos a aprender.
Abrazarnos y comprender que hay algo nuevo que estamos por experimentar.
Mentes que se abren y recuerdos que nos alegran.
Vivencias que se hacen eternas.
Escribiremos en el cuerpo, todo lo que nos permitamos decir.
MARIANO SANTORO