jueves, 18 de agosto de 2022

Hacer y usar

 

Permitime un consejito sano.

Andá a tu placard y fijate si está ordenado.

Si considerás que está prolijo, bien, sino, dedicale un rato a ponerlo como te agrade.

Ese es tu vestuario, lo que usás habitualmente.

Ahora ampliá tu visión, mirá tu hogar y observá bien si está lo suficientemente limpio para que te sientas a gusto.

Es probable que te sientas algo cansada, así que regalate unas horas de descanso y disfrutando de lo que ves.

Vas a tener una sensación especial, la del aroma a pulcritud.

Cuando te sientas satisfecha, relajá tu cuerpo, incluso podés recostarte y cerrar tus párpados.

Buceá por tu ser y viajá, sin rumbo, pero sabiendo que cada lugar, tiene su propio recuerdo.

Todo lo que viviste, está ahí.

Las experiencias y vivencias; lo que juntaste y acumulaste.

También esos obstáculos que tanto te costó superar.

Quizás haya heridas y cicatrices que olvidaste por un tiempo.

En el ejercicio que te sugerí realizar, fue todo externo, lo que te rodea y convivís con eso cada día.

Pero llegó el momento en que la limpieza, tiene que ser mental.

Todo está en tu cerebro y debe estar despejado como un cielo hermoso que te tienta a caminar y disfrutar.

Transitá por tus pensamientos y categorizalos.

Dale la importancia a lo que creés que debe quedar y lo demás, directamente a la basura, para dejar espacio a lo que llegue.

Todo tu ser, va a generar nuevos propósitos y darle calidad a tus acciones; esa es tu nueva misión.

MARIANO SANTORO