lunes, 28 de diciembre de 2009

Vivir la aventura

No existe más inocencia que decirte que aún vives en mí.
He caminado por cantidad de lugares y he experimentado otras tantas cosas.
No sabía lo que era extrañar y tener deseos de estar con alguien y me los diste vos.
Nunca supiste, nunca creíste, nunca te enteraste de nada.
Mi vida no es la que vivía en ese momento.
Crecí tanto que el niño que siempre quise mantener se me hace difícil encontrarlo.
La inocencia se transformó en aprender otras cosas.
No estaba preparado a sentir tantos golpes.
No creía que la vida tenía que golpearme tanto para saber que mi orgullo no está fortalecido.
Me adoro y soy hiper seguro, pero cuando algo no está en mis manos, cuando algo que no puedo manejar y me deja impotente, me destroza.
No sé donde estás, pero hoy desperté y tuve una visión: "Felicidades amor!"
Palabras que mi inconsciente se encargó de abrir los ojos en este día tan especial.
Una gran mezcla de sentimientos y sensaciones.
Hubo una primera y una última. Pero siempre hay más y eso me alegra.
Oportunidades para mostrar quién soy y que sepan de mí y sobre mi manera de ser; tan especial y tan simple que te darás cuenta que vivimos en un mundo complejo.
Tantos problemas se nos presentan que no sabemos resolver.
Enigmas del corazón.
Mi misión, es vivir la aventura.
Vivir y disfrutar del camino que estoy viendo detrás de la puerta que me ha sido concedida en este momento.
Hay cosas buenas y que me hacen bien.
Me estuve preparando para este viaje y aunque lleve un poco de equipaje, quiero continuar.
La aventura de sentir, de querer, de que me extrañen, de sentirme que estoy viviendo en el corazón de alguien; como vos que aún vives en mí y siempre tendrás tu lugar reservado.
Vivir, porque mis ojos pueden ver y tienen la capacidad de viajar en el tiempo y verte y recordarte.
Cada momento vivido son como calles que forman mi gran camino que es mi propio ser.
Administrar todo lo que nos hace bien.
Acomodarnos entre los valores que me sirvieron para crecer y tener el razonamiento que tengo.
Seguir creyendo que se puede, porque lo veo al ayudar a la gente que me importa.
Tratar de hacer a un lado la basura y todo lo que me daña.
Musicalizar cada momento de mi vida ya que ese hermoso alimento que queda en los mejores recuerdos, es sano.
Vivir, porque tengo vida y puedo ver lo que desee y lo que no, apartarlo de mi vista.
Ese cuarto que se ve en la foto es lo que tenemos como herencia.
Ese es nuestro hogar más preciado y está vacío.
Debemos ser propietarios de nuestros sentimientos y llenarlo con todo lo que amemos.
Hacerlo a nuestro gusto e ir poniendo lo que nos gusta y en algún momento, en ese gran lugar, tendremos ganas de que haya más vida y entrará la persona con la que compartiremos mucho tiempo y cosas agradables.
Decoremos el corazón y hagámoslo llamativo; lindo de ver y que sirva de ejemplo para toda la gente que sufre, que aún no encontró su camino.
Los que están sin ánimo y lo deben recuperar.
Ese cuarto, es nuestra alma, pero la blancura y pureza, no tiene que ser síntoma de vacío.
Llenarnos de cosas positivas, nos hace bien.
Vamos por más. Vivamos la aventura que tenemos en el futuro tan cercano.
Entremos y tomemos todo el tiempo que sea posible para amar cada rincón y tener solo los buenos recuerdos de la gente que pasó y aún vive dentro de nosotros.
MARIANO SANTORO

jueves, 24 de diciembre de 2009

Un intento más

No falta mucho.
Solo un poco para poder terminar este año y empezar uno nuevo con nuevas esperanzas.
Renovar sueños y metas, al igual que renovar la fuerza para lograr lo que tanto queremos para nosotros.
Fuimos golpeados y en algunos casos han quedado marcas; en otros, tatuajes que llevaremos por algún tiempo.
Debemos arrinconarnos. Sentarnos y mirar alrededor.
Ver todo lo que hicimos y si nos equivocamos, tratar de solucionar y a la vez, tratar de no caer otra vez en la misma trampa.
Nuestro corazón sigue latiendo. Por momentos ha perdido fuerza y hasta es probable que esté debilitado y chiquito. Al igual que un niño. Vulnerable.
Y sabemos que no nos gusta estar así. A nadie le gusta, pero es nuestra misión estar bien.
Hay mucho más en lo que tenemos como futuro.
Sé que he dado mucho y recibí un diezmo.
No tendría que ser así. Pero esa injusticia llegará a su fin. Llegará el día en que demos y recibamos en la misma cantidad y calidad.
La fe nos ayudará. El amor, estará tan cerca que lo vamos a proteger con toda nuestras fuerzas. No lo dejaremos ir.
Tan solo un intento más.
Un último esfuerzo para poder alegrarnos la vista y el camino.
Miremos lo que nos da alegría y nos agrade.
Hay demasiada hermosura cerca de nosotros.
Pero los problemas nos tapan la visión. Los nervios se acumulan y la impaciencia somatiza junto a otras cosas y el cuerpo responde y de la manera en que lo hace, no nos hace bien.
No tenemos el suficiente aguante, pero debemos buscarlo.
Mientras estemos solos, haremos lo posible para estar bien y contentos.
Una pequeña sonrisa se va instalando en mi rostro y tiene ganas de seguir ahí. Tiene ganas de crecer. Ganas de contagiar a cada parte del cuerpo para que esté sano. Que nuestra mente tenga salud.
Vayamos en busca de lo que nos pertenece. Hay mucho amor reservado para nosotros.
Solo un intento más y verás que empezarás a ser feliz.
MARIANO SANTORO

sábado, 19 de diciembre de 2009

Tratando de mejorar

La envidia es algo que gracias a Dios, no es contagioso, pero está demasiado cerca de nosotros. Te llega en el momento que menos lo esperás y dudás y descreés de todo, ya que no tenés o no poseés algo verdaderamente que de para ser envidiado.
Una gran amiga de la envidia, hasta podría decir que es su socia, es la maldad.
Cuando se unen, logran hacer un complot para verte caer, para destrozarte lo que lograste hasta hoy.
Te volvés a mirar y mirás a tu lado y no ves algo excesivamente material. Sos un simple humano queriendo ser buena persona y crecer a todo nivel mientras se pueda.
Es difícil seguir cuando el cuerpo te golpea y no soporta esos golpes.
Caés y te ves que no das más. Pero siempre hay más, es prioridad que lo sepas.
Mucho hay por delante y por caminar si es que tenés ganas de caminar e ir en busca de algo que te realice como persona.
Cuesta caminar con tantas rocas y más si estamos descalzos, si estamos con lo mínimo necesario para ese camino.
Pero debemos pensar que la lucidez, el tener la cabeza y los pensamientos firmes, ese es el buen camino. Eso es señal que en algún momento algo llegará a tu vida y será maravilloso.
Tratar de mejorar en un mundo que todo lo tira para atrás, no es fácil.
Pero por más encierro que tengas y que tu corazón o tu alma se sientan así, tendrás una puerta en algún lugar.
Esa salida no solo te hace salir fuera del encierro, sino que te hace salir de los problemas, de lo que fuiste juntando en tantos años; te hace ver que más allá de una luz, hay vida, hay mucho por delante y te encontrarás con gente que quieran ayudarte, que quieran amarte y quieran ofrecerte ayuda.
El orgullo no lleva a nada, el anonimato te hace ver que no existe.
Los que juegan de mala manera, terminarán de mala manera.
Si viviste bien, el bien llegará a vos.
Todo nos toca no por ser superiores, ni por tener más dinero, la profesionalidad llega por la mentalidad.
La humildad y tener buen corazón, hacen que brilles y ese brillo iluminará a gente que esté en tu misma situación.
El poder de uno sobre el otro hace mucho cuando uno se entrega en su totalidad.
Los miedos, suelen aparecer pero enfrentándolos, los superaremos.
La angustia y toda expresión de sentimientos que salga de lo más puro que tenemos dentro, costará superar, pero también hay mucho de lo bueno en nuestro ser y cuando algo se quiere de corazón, llega; no en el tiempo humano, no tiene que existir velocidad ni desesperación; estate seguro que llega si te lo merecés. Si luchaste y no con armas, vas muy bien.
Todos tenemos que sentirnos bien y dar lo mejor; no hacer caso al comentario negativo. Lo negativo, nos frena y si estamos frenados, no podemos adelantarnos y así, se nos hace más difícil seguir adelante.
Está la fe y siempre estará. Está la familia que siempre te ayudará. Están tus amistades que te sabrán dar el consejo necesario a tiempo.
Pero antes que todos ellos, estás vos.
Priorizarte a pensar en vos y mientras te sientas bien y feliz, ya le ganaste una buena parte de tu meta en el camino a la felicidad y consagrarte como ser humano.
MARIANO SANTORO

domingo, 13 de diciembre de 2009

Seguir sin sufrir

Siempre se ha dicho que nadie muere de amor. Pero cuando perdemos una pareja, sentimos que se nos viene el mundo abajo.
Cuando la estabilidad del corazón ya era profunda. Cuando invertiste todo de vos y te sentías bien, te sentías feliz. Cuando al despertar, recordabas la noche anterior y una gran sonrisa te daba el empuje necesario para seguir.
Todo se derrumba en el momento que menos lo esperamos, como si fuese una película de catástrofes, de fin del mundo.
De dónde sacar fuerzas?
Cómo hacemos para volver a hacer lo que veníamos haciendo, pero esta vez, solo nosotros, sin esa pareja a nuestro lado?
Sufrir no viene de la nada. Muchas veces he hecho una comparación; la del HIV y Sida. Comúnmente se dice Sida, pero en realidad, el Sida es una etapa muy avanzada del HIV.
Sufrir, es una etapa muy avanzada de una suma de elementos que llegan a ese nivel a punto de explotar.
Cualquier pareja se banca pequeñas discusiones, algunas peleas. Pero se acumulan, se van llenando en nuestro ser y llegado un momento, quizás el que con menos fuerza nos sentimos, nos hace mal.
Todo comienza con algo pequeño, se dicen palabras que duelen al alma, hasta es probable que se llegue al contacto físico y no hablo del íntimo y más hermoso que una pareja pueda tener, sino a los golpes, a tirarse cosas. El maltrato que damos o recibimos nos destroza y a la vez, estamos tan poseídos y tan cerrados en nuestro punto de vista que creemos que solo es nuestra verdad; no admitimos otra opinión.
Al cerrarnos, el orgullo toma control de todo y ahí, hacemos daño y mucho.
El ejercicio que debemos poner en práctica es tratar de ser dóciles, de frenarnos y reconocer que ya no estamos solos, sino que decidimos tener una vida de a 2, hacer y formar una pareja.
Estar de acuerdo con el pensamiento del otro, aunque no lo compartamos en su totalidad, cuando estamos en pareja, debemos ceder. No siempre tendrán nuestros mismos gustos. No siempre estaremos de acuerdo en todo.
Es una gran prueba que solo pasaremos, si estamos decididos a ser felices y compartir esa felicidad.
No pensemos en todo lo que podemos sufrir, sino también en que podemos hacer sufrir a la persona que está con nosotros.
Bajemos del orgullo y demos la razón, ya que al darla, eso se llama compartir y pensar de a 2.
Y si igual se llega al final de una etapa, sigamos y tratemos de no sufrir.
Ya recuperaremos la fuerza para quien venga a acompañarnos en el resto de vida que nos quede.
Tengamos FE.
MARIANO SANTORO

jueves, 10 de diciembre de 2009

Recuperar la ilusión

Empezar. Comienzo de algo que le ponemos todas las ganas y deseamos seguir teniendo.
Todos hemos tropezado y hasta incluso hemos caído y el levantarnos, nos ha costado demasiado.
Crecimos y nos hicimos y logramos hacer y ser, lo mejor que pudimos.
Alguna vez, apostamos a ser felices y también nos dimos cuenta que nos faltaba algo.
Una especie de vacío que sólo una pareja nos podría dar.
Algo en nuestro interior deseaba enormemente poder compartir momentos y mucho más.
Alguna vez, nos equivocamos y fuimos defraudados, creyendo que al dar todo de nosotros y jugarnos por quien queríamos, era suficiente.
Nada es suficiente, cuando el tema es el amor.
Recuperar la ilusión, cuando nos sacaron los sueños más íntimos, cuando nos vaciaron de fe, se complica y se hace muy duro.
Recuperar el olfato y poder sentir el aroma de nuestra pareja y llenarnos de pasión, también se hace difícil.
Recuperar la inocencia, cuando recibimos tantos golpes y no entendíamos el motivo.
Recuperar la energía, cuando fuimos exprimidos hasta la parte más privada, lo que más preservábamos, cuando dimos el alma, a cambio de sentirnos felices y creer que hacíamos lo mismo para con quien estábamos.
Recuperar, esa es nuestra misión, porque al volver a ser lo que fuimos, seremos los más auténticos, sin cambios que nos hayan provocado la vida o nuestros amores ocasionales.
Volver a tener los sentidos originales.
Renacer, con más fuerza para poder enfrentarnos a lo que sea.
Sentirnos libres y niños y adultos a la vez. Ser una mezcla de experiencias que nos hagan un mejor ser humano.
La ternura, la pasión, lo que realmente quede en la historia. Esas huellas donde tengas un sello propio y saber que fuimos útiles en este paso por la vida.
Recuperar la velocidad de los latidos, para que nuestro corazón, esté fortalecido y no dude a quien amar.
Hay mucho que tenemos por delante, mientras nos demos la oportunidad de levantar la mirada y ver que hay un hermoso camino por caminar.
Recuperemos el descanso necesario para poder acostarnos y renovar sueños y proyectos.
Estamos cerca de ser felices, pero mientras no recuperemos la esencia verdadera con la cual fuimos creados, no llegaremos a nada.
Tené fe, sé que vas a poder recuperarte e ir por mucho más.
MARIANO SANTORO

domingo, 6 de diciembre de 2009

Quizás alguna vez

Es probable que te hayas enfrentado a situaciones duras y muy difíciles.
En donde no podías encontrar la solución. Hasta quizás pensaste que no existía solución.
Se te venía el mundo abajo y tu cuerpo comenzó a sentirlo. No aguantaste y te sentiste desbordado de tanto dolor.
Pero siempre debemos pensar que hay más.
Y no de lo malo, ni negativo. Hay sorpresas que la vida nos tiene preparado y que llegan en momentos que no esperamos.
Hay épocas que pasan y la soledad te come o aunque estés con alguien, sentís ese vacío y la separación, no es solo física.
Cuando llegaste al vacío interior que nada o muy pocas cosas te llenan, es ahí en donde una pequeña luz que va creciendo y en nosotros, comienza un período de cambio, de sentirnos más humanos y más útiles para la gente que nos rodea.
Hay espacios vacíos y tiempos que no sabemos cómo llenar.
Pero sin amor, sin esa pasión por el valor de lo que nos llena y sabemos que es así, ya que algo nos lo dice; no se llega a nada.
Tendremos pruebas y exámenes y obstáculos delante nuestro.
Tendremos metas y sueños que venimos acumulando durante años.
Tendremos ideales y ganas de ser amados. Y tenemos que tener fe que nos tocará.
Delante, habrá paredes que no nos dejarán ver lo que anhelamos.
Pero en un momento, esperado y ansiado, tendremos delante lo que siempre quisimos tener.
Debemos estar preparados para ir por eso.
No habrá impedimentos, si es que realmente nuestro corazón lo quiere.
Pensando en positivo, llegará. Quizás los tiempos humanos no sean lo más conveniente, pero todo llega cuando lo merecemos.
Miremos con ojos de placer; con deseos tan placenteros de haber logrado y alcanzado nuestro premio.
Busquemos, si es necesario. Esperemos y seamos pacientes. Si lo que queremos en nuestra vida, nos servirá y nos complementará y a la vez, sumará para ser mejores personas, llegará.
Mirate y dejate llevar por tantas ganas de pasar este vacío; ese precipicio.
No saltes, solo espera y encontrarás la manera de cruzarlo.
Hay tantos misterios en la vida, al igual que los hay cuando existe el amor puro.
Ese amor que te hace hacer cosas que no harías, pero te ves haciéndola, ya que te hace feliz ver a tu pareja feliz.
Compartir, para lograr la felicidad mutua.
Si es de a 2, mucho mejor. Alguien te alcanzará la soga o vos, servirás de ayuda.
Todos tenemos un propósito en la vida.
Quizás alguna vez, lo necesites y sientas curiosidad.
Mi misión, es poder ayudarte y a la vez, ver que puedo hacerlo y ayudarme a mí mismo.
MARIANO SANTORO

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Puedo ser feliz

Todo está en nosotros.
Tenemos la capacidad de ser felices, aunque cueste.
En nuestro interior, en nuestro verdadero ser y nuestra alma, está lo más puro de nosotros.
Por varios motivos, algunas personas somos esponja y absorbemos cantidad de actitudes y situaciones que nos afectan, pero eso no debe impedir seguir adelante.
Fuimos creados con y por un motivo y cada día, nos trae nuevos sueños y esperanzas.
Hay que levantarse, aunque hayamos tenido una mala noche o venimos arrastrando y acumulando problemas, dramas y nervios; pero al despertar, al amanecer, es una nueva chance. Este nuevo día que tenemos es como volver a nacer.
La alegría y la felicidad, está en nosotros.
Por más que quizás no se vea a simple vista, estamos llenos de cosas positivas.
Una familia que nos apoya y está en todo momento.
Amistades, pocas o muchas, pero las verdaderas están cuando tienen que estar y eso es lo que importa.
Tenemos visión para poder ver lo mejor que nos tiene preparado la vida.
Tenemos un cuerpo que aunque no estemos del todo conformes, tiene la suficiente fuerza para pelearle a todo lo negativo que se nos cruce.
Tenemos el cerebro que cuando logramos mantenerlo alejado de todo lo malo, nos ilumina y nos da ideas y nos ayuda a proyectar, a ir por más y a tener un mejor crecimiento a nivel persona y como ser humano.
Mucho hemos logrado y es probable que algunas de esas cosas las hayamos perdido, pero no debemos dejarnos caer, ni abandonar cada sueño que alguna vez nos permitimos soñar.
La felicidad nos la puede dar muchas cosas que vemos en nuestra rutina de cada día.
El tener la oportunidad de caminar las calles de nuestra infancia, recorrer lugares que nos marcaron y nos dejaron cantidades de recuerdos.
Viajar con la mente y por la mente.
Permitirnos sonreír y hasta quizás largar algunas lágrimas de emoción. No confundirnos con la tristeza, ya que eso que estamos volviendo a ver, significa que hemos vivido y que fuimos buenas personas y nos reconforta, nos llena.
Cuando estamos llenos de sentimientos buenos y no hacemos mal a nadie y lo que nos dicen de mala manera, nos rebota, no nos afectará, ya que sabemos que estamos en el camino correcto.
Hacer el bien, sin envidia.
No insultar y si lo hacen con nosotros, es porque esa gente está vacía, no tiene la fuerza, ni la valentía de jugarse por nada. Pero nosotros sí y damos la cara, damos nuestros datos y nos mostramos de la manera más sincera posible. Confiamos.
La felicidad es que estas palabras puedan hacerte bien, ya que si lo logro, en mi rostro, ya se puede ver una enorme sonrisa.
MARIANO SANTORO

sábado, 28 de noviembre de 2009

Oscuridad dentro nuestro

No solo un corte de luz, nos lleva a estar en oscuridad.
Incluso en esos momentos, vivimos en un estado alterado donde no sabemos qué hacer, no encontramos velas y aparece la necesidad de seguir haciendo lo que sea, tanto ver tele, estar sentado frente a la compu o cualquier actividad.
Esa oscuridad no nos gusta y tampoco debería gustarnos las demás.
Cada actitud negativa que practicamos, es como un ladrillo y de a poco vamos edificando una gran pared, pero lo negativo no estaría que sea por fuera, aunque eso nos aislaría de todos.
Cada ladrillo de rencor, de odio, de envidia, de amargura; todo acto de maldad se van apilando por dentro y cada vez crece más, ya que al empezar a maltratar a los que nos rodean, nos tapamos y vamos cubriendo lo bueno.
Nuestra alma y demás cosas excelentes que tenemos y no usamos, no las ponemos en práctica, se van cubriendo con estos ladrillos.
Y lo peor es que si continuamos haciendo esa pared de manera circular, por dentro de nuestra piel, se transforma en una caparazón que nadie podrá entrar y nosotros, no podremos salir.
Todo un mundo de oscuridad nos tapará la visión de las cosas maravillosas que la vida nos da.
Cada día nos enfrentamos a exámenes y en la mayoría de ellos, nos va mal. Esas pruebas en las que nunca logramos experiencia ya que no nos dejaron tener experiencia. Todo se hace con reglas que alguien impuso y la única verdad absoluta es la que viene de arriba.
La única oficina donde tiene que estar nuestro superior, nuestro jefe y al único que debemos obedecer, esa oficina se llama: cielo.
Merecemos ser salvos y poder derribar cada ladrillo que edificamos y nos lleva a un mundo sin regreso.
Entiendo y me hago cargo que hay situaciones que nos alteran y de a poco, vamos rumbo al camino no deseado.
Enojarnos, llenarnos de bronca. Sí, es natural, cuando nos hicieron daño y nos usaron y cuesta una enormidad poder seguir siendo bueno.
Olvidar y perdonar no es tarea fácil.
Vemos en el cuerpo esas marcas que nos afean, que lo que antes latía con alegría, hoy ya ni tiene ganas de latir.
Los recuerdos de hermosos momentos, se cubren enseguida con todo lo malo que nos han hecho.
Solos, no podemos quebrar esas paredes. No fue ni la cal, ni el cemento, ni ningún elemento o material para hacer edificios lo que nos hizo endurecernos y alejarnos de la luz.
Fuimos nosotros mismos y somos los únicos que tenemos que poner manos a la obra, a esa gran obra de recuperar el alma verdadera, la pureza con la cual fuimos creados.
Vamos por la luz y seremos iluminados.
MARIANO SANTORO

lunes, 23 de noviembre de 2009

Nunca es tarde

Nada es tan fácil como uno podría suponer.
Sin confianza, no se logra nada.
Sin diálogo, mucho menos.
Los caprichos, hay que dejárselo a los chicos.
Por momentos tomamos prestado algunas cosas de nuestra infancia y nos ponemos de una manera para nada adulta.
Creímos y la vida nos demostró que con eso solo no alcanzaría.
Vimos pasar delante de nuestros ojos lo peor que nos podían hacer y nos cambió la manera de mirar.
El tiempo todo lo cura es algo que habrás escuchado. Pero ese tiempo se hace eterno y pensás que nunca llegará.
Si te hicieron daño, pensás en la justicia y pedís por favor que se cumpla lo antes posible y la verdadera justicia, la que importa y la que más afecta, es la que viene de lo espiritual.
Crecimos y nos costó. Cada pasó que dimos y cada arruga que se formó en nuestro rostro, son pruebas que hemos sido golpeados.
Jamás dejamos de insistir y de pensar que esos sueños que siempre tuvimos, podrían cumplirse.
Alguna vez se harían realidad.
Hubo épocas en las que todo el mundo estaba acompañado, todos estaban en pareja y ya no importaba si estaban bien o eran felices, sino que estaban con alguien y tenían un hombro para llorar en caso de necesitar; tenían brazos que servían para protegerlos; tenían manos para que los agarren y entrelacen los dedos y jugar, permitirse ser libres y que una gran sonrisa les cubra el rostro y les dure todo el día y por la noche, simplemente dormir y tener el merecido descanso.
Nos caímos y nos costó levantarnos.
Pocas veces logramos estar realmente de pie y con la frente en alto para poder darle la cara a lo que venga.
La fortaleza no era parte de nuestras propiedades.
Teníamos cosas, pocas eran materiales y algunas, más sentimentales y seguimos pensando que lo que vale es lo interno.
Muchos se han reído y nos alejamos.
Preferimos seguir con nuestra creencia y costumbres.
El calendario nos mostraba fechas que pasaban a una velocidad que no podíamos creer.
Nos sorprendió la edad donde ya teníamos que tener muchas cosas acumuladas y planes ya cumplidos y no estaban.
Lo que no estaba nos afectaba.
Las emociones y nuestro cuerpo comenzaban a sentirlo.
La pérdida de ánimo. El seguir por obligación y por no tener la cobardía de abandonar todo. Y gracias a eso, tuvimos el valor necesario de seguir.
Hoy, es una fecha importante en la que una persona que he querido y fue parte de mi vida, se casa.
El amor que tantas veces ha pasado y tocado su corazón no era el correcto.
Hoy se cumplen los deseos de una persona maravillosa y eso me da fe.
Nunca es tarde. El almanaque y cada hoja que arrancamos no significan que perdimos tiempo, sino que ganamos y esperamos por algo mejor.
Y llega, como la justicia divina.
Con todo mi amor y cariño a la que fue mi primera y verdadera novia: M.A.B.
MARIANO SANTORO

jueves, 19 de noviembre de 2009

Momento de recordarte

El día amagaba con lluvia, con mal tiempo.
Pero el insistir tuvo sus logros y pudimos conocernos.
Eras hasta ese momento, una simple persona con la que me iba a encontrar.
El vernos y la primera impresión no fue asombrosa, pero algo ya perfilaba como que había algo más. Como que la confianza estaba instalada y ni siquiera llevamos juntos unos minutos.
Ya veníamos sabiendo mucho uno del otro. Había ganas y deseos. El tener la presencia física cambia mucho la perspectiva de lo que uno quiere.
Fui impulsivo y me dejaste serlo.
Te besaba, te daba muestras de afecto con pequeños besitos y temía porque fuese la última vez. Las cosas buenas no suelen pasar seguido y menos para quedarse un buen tiempo.
La charla fluía y al mirarte descubría que me gustabas más y más.
Me tiraba abajo y sentía que no estaba a tu altura. Esa altura que no se mide en centímetros.
Pero tenía mi pasado y mi seguridad. Mis nervios aparecían algunas veces.
Y se hizo la hora de tu partida.
Me quise hacer el romántico al agarrarte de la mano y noté tu distancia que a medida que caminábamos, desaparecía.
Logré abrazarte y sentir las enormes ganas de verte de nuevo y no quería que te vayas. Y vos sentiste lo mismo.
Ese sueño que estaba viviendo era muy lindo y el despertarme no era lo que estaba en mis planes.
Fue lindo y a vos también te pasó. Supimos que algo nacía.
Una circunstancia algo rara me demostró la persona que eras en realidad y te estaré por siempre agradecido. Vi tus valores, sentí tu cuerpo, tu pasión, tus ganas de más.
Hubo amor y sabemos que fue real.
No es tarea fácil acoplar a alguien al estilo de vida que uno tiene, pero le pusimos onda.
Choques y otra vez alguna que otra distancia, intercambiadas con cariño, nos hicieron extrañar y los encuentros eran fantásticos.
La fantasía ya era realidad.
Corrimos y nos tropezamos.
Quizás volé demasiado y aún no tenía mi título de piloto profesional.
No me importó, ya que sentía que eras la elegida y no por mí, sino por mi corazón.
Y la vida siguió y nos entregamos, llegamos a fusionarnos y nos gustó.
Volvimos a soñar despiertos, pero al cerrar los ojos apareció algo que no estaba preparado.
Una tarde te despedí y sabía muy dentro de mi ser que era el final de algo que no tuvo principio legal.
Ya comenzabas el regreso a tu mundo.
Tus obligaciones y ese maldito pasado que no te dejaba caminar.
Miles de motivos y excusas, pero cuando uno quiere se la juega y los caprichos te mataron.
Me diste bronca y te odié.
Me enfermé y mi cura eras vos.
Volví a caer y sin fuerzas me propuse levantarme.
Y hoy, estoy acá, pensando en vos y recordando el primer café, el primer beso, nuestra primera noche juntos.
Te quise y hasta es probable que te haya amado.
No sé si podría volver a hacer algunas cosas. Abandoné muchas de las que no te gustaban.
Pero hay algo que jamás lograrás que cambie.
Y son las ganas de verte y decirte que siempre serás parte de mi vida y de mis recuerdos.
MARIANO SANTORO

sábado, 14 de noviembre de 2009

Llorar no alcanza

El ser una buena persona ya no es suficiente.
Las costumbres se han modificado demasiado.
Lo que tanto nos costó aprender, hoy no sirve.
Nuestros padres se preocuparon por darnos tantas cosas y han perdido su valor.
Lo que dicta el corazón ha quedado a un lado y en realidad, cada vez más alejado de nosotros.
Por momentos no sabemos cómo manejarnos, ya que al usar la parte mental, nos iremos frenando hasta privarnos de todo. Ya estamos cansados de tanto mal que ha pasado y nos ponemos esa gran barrera de no volver a sufrir, esa obviedad que es lo primero que nos sale.
Y sucede por no saber qué hacer. Ya tenemos miedo de hasta lo que pensamos y decimos. Creemos que todo lo que hagamos nos impedirá estar bien con alguien. Nos frenamos a todo.
Hoy, todo lo que deseamos nos cuesta mucho más que el doble. No tuvimos experiencia necesaria, ya que lo que aprendimos, hoy carece de sentido.
Se perdieron tantas cosas y el encontrarlas es una misión imposible.
Son pocos los lugares donde podamos encontrar paz. En nuestro cuerpo, parece que ya no.
Sentimos que las cicatrices se hicieron tatuajes y no queremos mostrarlas, pero las ven. Nos ven débiles, sin fuerzas y a la vez, damos esa sensación de no poder cumplir con la mínima expectativa de ser capaces de amar.
Cómo si dependiese de una marca.
Llorar, ya no alcanza. Signos de debilidad. Signos que en algún momento nos permitían ser humanos. Pero en algún momento nos volvimos descartables, mejor dicho nos hicieron creer así y que todos somos parte de ese mundo.
Aún no estamos todos contaminados. Aún hay mucha gente que quiere ir por más.
Todo lo que expresa nuestro cuerpo es lo más verdadero y puro.
No hay mentiras en lo que sale de nosotros.
Y si llegamos a llorar, es porque algo nos dolió y quisimos que sea parte de nosotros.
Pelear sin golpear; solo luchemos, pero no en términos de daño, sino en busca de lograr lo que tanto merecemos.
Hagamos que algunas de las cosas más simples recuperen su valor primitivo.
Volvamos a sentir de verdad.
A que los latidos sean de amor.
Que esas lágrimas sean por felicidad.
Que la paz sea parte de nuestra vestimenta.
MARIANO SANTORO

lunes, 9 de noviembre de 2009

Jugando a crecer

Jugar, esa maravillosa sensación de libertad sin culpa.
Jugar a lo que sea sin pensar en ganar o perder.
El juego no tendría que categorizarce solo en 2 opciones, sino en el placer de ser parte, de disfrutar.
Amar, es el juego más sensual y adictivo. Amar no es un juego, pero debemos conocer cada regla, para saber si estamos preparados.
Un día miramos a nuestro alrededor y vimos gente mimándose, parejitas en la calle tomados de la mano y besándose. Una extraña sensación nos invadió y sentimos celos, sentimos ganas de tener eso mismo que nuestros ojos se animaron a ver.
Cada día nos llenamos de imágenes que nos hacen daño, nos distraemos de diferentes maneras y sabemos que nos cuesta alejarnos de tantos problemas. Muchas cosas nos llenan y ya no tenemos espacio para lo bueno. De una manera tan rara, acumulamos males, rencores, dolores y sufrimos.
Cerrar los ojos e intentar soñar ya no se nos hace tarea fácil.
Soñar despierto es otra opción. Pero jugar, siempre tenemos que estar dispuestos, porque nos devuelve la inocencia, nos remonta a épocas de pureza, a una era donde no sentíamos culpa, donde el ensuciarnos nos hacía feliz. Hoy, esa suciedad se trata de otra cosa; nos vamos embarrando en males cada vez más difíciles de sacar. No hay jabón que limpie el alma. Esa suciedad, nos tapa todo lo bueno que pudimos haber logrado alguna vez.
Recordemos cada momento de la niñez y adaptémosla a la adultez.
Todos podemos jugar, pero en el gran juego de crecer no se vuelve atrás. No se puede mezclar y dar de nuevo. Solo se crece una vez y si hay ganas de hacerlo.
Crecer y no de altura.
Crecer para aumentar los sentimientos que nuestro corazón quiera ofrendar.
Crecer, los deseos de ver a nuestra pareja.
Crecer mentalmente, para ver a nuestros hijos crecer.
Jugando en cada momento y con las reglas que entre 2 personas lograron llegar a un acuerdo.
No se juega solo, todo se debe hacer de a 2. Jugando de esa forma, ambos, serán felices.
Una gran sonrisa en espiral los llenará.
Un gran cariño nacerá entre los 2.
Una complicidad se formará y crecerá entre esos 2 seres que estén dispuestos a estar juntos.
Juntos, es la clave.
Mucha satisfacción es ganar alguna competencia, pero en el amor no debe existir eso. No se compite, solo se comparte.
Perder, se puede hacer de varias maneras y a nadie le gusta. Pero debemos luchar para que no perdamos en el amor. No perder en la gran oportunidad que la vida nos da en poder querer a alguien.
Todo nos sirve, cuando ganamos, cuando perdemos, cuando soñamos y mucho más cuando nos despertamos y vemos que lo que hicimos, está bien hecho.
Ojalá que te vuelvan las ganas de jugar. Ojalá sientas necesidad de seguir creciendo.
La niñez no es algo que ya pasó en tu vida. Es la etapa donde más deseos tenemos de aprender. Recuperemos esa energía.
MARIANO SANTORO

viernes, 6 de noviembre de 2009

Ilumíname por siempre

Hay mucha gente que te quiere y otras que hasta te aman.
Llegaste a un nivel de encierro para no permitir que el sufrimiento llegue a vos.
Algunas veces sentiste que te equivocaste y tuviste la chance de pedir perdón.
Las segundas oportunidades no son para todos y las tuviste.
Hay sensaciones que no pueden expresar tanta emoción: un llamado no esperado, una voz que casi habías olvidado y toda la dulzura que te provoca esa persona, hacen que te sientas bien y así, mejora tu día.
La sensación de extrañar es de por sí, extraña. Uno se permite conocer a alguien y el diálogo fluye tan natural que al no estar cerca, no tener a esa persona te hacen querer verla y recuperar cada momento que te dio.
Hay momentos que no se repiten, pero si hubo cosas buenas, se puede remontar desde ahí.
Continuar desde lo bueno, esa es la clave.
Todos alguna vez hicimos daño a gente que no lo merecía, pero las confusiones y dudas nos llevar a pensar mucho más de lo que vemos.
El cerebro nos manda mensajes y suele fallar. Por eso debemos ser guiados por el corazón.
Si amamos, podemos volver a hacerlo.
Si quisimos, podemos intentar.
Incluso si odiamos, podríamos probar si somos capaces de cambiar ese sentimiento.
Es mucho lo que se puede hacer si hay ganas.
Es mucho lo que se gana, si creemos que al hacer cosas buenas seremos premiados y no materialmente.
Las caricias al corazón y al alma, quedan por siempre.
Un día, sentiste que estabas perdido, que te habían defraudado y te fuiste encerrando.
Fuiste acumulando capas y capas de rencor. El asombro, la tristeza, el no saber el verdadero motivo, te llevaron a la incertidumbre.
Quisiste hacerte más fuerte y lo que se hizo fuerte, fue tan solo tu dolor. Cada vez más profundo.
Alternaste sentimientos y disparaste con gente que no tenía culpas. Pero no lo sabías.
Uno solo no puede saber todo y mucho menos, hacer las cosas correctas. Debemos tener la certeza y evaluar cada situación y valorar lo que nos dieron y lo que perdimos y si estamos preparados a recuperar.
Quiero mucho para mi vida y vos también tendrás tus sueños.
Vamos por eso. Vamos por los latidos que nos alegran. Lo que nos motiva a hacer el bien y a dar más de lo que nos dan.
Al dar con alegría y sin esperar respuesta, somos premiados. No todo es visible y ahí está la sabiduría.
Hay mucho más que no conocemos y en todo el mundo fascinante de las emociones, del amor, de las relaciones humanas y de pareja, hay cantidad de cosas que nos llenan.
Creer que hay más y buscando el camino correcto se llega.
Tentaciones habrá muchas. Momentos amargos también los habrá. Pero si nos gusta lo dulce, lleguemos hasta casi empalagarnos.
Amemos lo que hacemos. Tomemos la mano de quien nos da su amor y sigamos juntos.
Mirando en nuestro interior veremos lo que deseamos.
Abandonemos el encierro y dejemos caer esas paredes que nosotros mismos edificamos.
Dejemos que entre el brillo de amor. El que nos va a iluminar también cuando tengamos momentos oscuros.
MARIANO SANTORO

martes, 3 de noviembre de 2009

Hasta la felicidad

Vivimos rodeados de negatividad. Cantidades de bolsas de basura y demás cosas que nos afectan.
En alguna parte de nosotros queda sensibilidad.
Crecimos y aprendimos lo que nuestros padres pudieron enseñarnos y quizás no fueron con las palabras correctas, ya que las costumbres cambian con el correr de los años.
Pero nos dieron lo mejor y así llegamos a hoy.
Lamentablemente nos fuimos alejando de esos valores ya que son pocas las personas que lo valoran.
Nos fuimos golpeando y sabemos muy bien que esos golpes los queremos bien lejos de nosotros.
Ya tenemos bastante con pelearle a la vida, como para seguir acumulando malos recuerdos.
Podemos soñar, si es que aún no te olvidaste cómo se hace.
Podemos permitirnos dormir con alguien y no significa que haya sexo, sino simplemente estar y sentir ese abrazo tan necesario.
Hay tanto en un abrazo sincero que no hay palabras para describirlo!
Hay tanto en nuestra cabeza que quiere salir y hacerlo real!
Soñemos, porque al hacerlo sabemos que pudimos descansar y el inconsciente nos premia con ese mundo que idealizamos.
Seamos como niños y juguemos a que podemos conseguirlo.
Seamos adolescentes para sentir esa vibración que es el querer y ser querido por alguien.
Seamos adultos para enfrentar una nueva relación sin miedos, ya que al amar, no hay temor. Nada malo sale de nuestro corazón.
Tu habitación se ve cada vez más vacía. Los muebles no alcanzan a llenar cada espacio de recuerdos del amor que ha pasado y ha estado ahí.
Es en tu propio hogar donde edificaste sueños, un futuro; planificaste y tu pareja también lo hizo y por eso te sentís mal, ya que lo hicieron de a 2, lo hicieron de la manera correcta.
Y te preguntás: Dónde está el error?
La vida tiene sus misterios y nadie nos los puede explicar. El cuerpo somatiza, se enferma y siente un dolor profundo. Ante tanta impotencia de alejamiento nos sentimos indefensos.
Volvemos a ser niños en que desconocemos ese mundo de los adultos. Y no es un atraso, no es que viajamos en el tiempo y debemos emprender el regreso a la madurez.
Somos niños, porque podemos hacer cosas sin sentirnos culpables. Y nuestra adultez, nos toma examen para saber si estamos por equivocarnos.
Un ida y vuelta entre cerebro, corazón, sentimientos y razonamiento.
Luchemos por la felicidad. Vayamos hacia ella. Agarremos las pocas cosas que necesitemos y emprendamos ese viaje.
Que nadie nos saque del camino que elegimos.
En el verdadero camino hacia la felicidad, alguien se sumará a nosotros y seguiremos juntos.
Eso es amor, eso es la vida.
MARIANO SANTORO

jueves, 29 de octubre de 2009

Ganas de amar

Ganas, eso que provoca lograr para nuestra vida.
Lo que nos da un empuje a tener o hacer algo.
Ganas de amar y ser amado.
Ganas de dejar atrás al pasado y cuesta mucho; hasta podría decir demasiado.
Sería fácil desligar culpas y no es importante saber quién fue víctima o culpable, lo importante es el resultado y se llama soledad, se llama no haber cumplido alguna de las tantas fantasías que me permití soñar, que las imaginé para mi vida y me emocionaba de estar logrando lo que tantas veces había escrito, lo que deseaba con tanta pasión para mí.
Tuve pasión, tuve cariño, tuve lujuria, tuve amor; pero lo peor de todo esto es que la palabra más usada es: tuve. Y no quiero eso, quiero la palabra: tener.
No es fácil tentarse y mirar atrás; hubo momentos muy cortos, muy pequeños pero tan llenos de todo, que una breve sonrisa se apodera de mi rostro.
Y los recuerdos otra vez.
Y otra vez sé que no debo hacer eso. Debo levantar la mirada y mirar hacia adelante, porque me voy a sorprender, porque hay algo tan maravilloso que una sensación tan poderosa se aferrará a mí.
Así quiero amanecer; así quiero empezar cada día. Con sabiduría que tendré mucho en mi futuro.
Es muy difícil elegir. Siempre hay 2 opciones y hasta a veces, quizás haya más.
Hay que elegir, hay que hacer un balance de todo lo que nos dan y damos.
En algún momento creímos que con el amor, cubriríamos todas las expectativas, pero parece que hay más.
Siempre será importante el amor, pero se necesita más.
Cantidad de sensaciones que uno desea y no está mal soñarlas e ir en búsqueda de cada una y sumarlas a nuestra vida.
Todo podemos lograrlo, si realmente lo queremos con el corazón. El corazón es el único que nos tiene que guiar, es el único mapa para encontrar la felicidad.
Todos podemos ser felices.
Tengo ganas de estas cosas y de muchas más.
El pensar y ser pensado.
El acostarse con alguien y sentir ese abrazo dado con el alma.
El levantarse y desayunar besos y mimos.
El alimentarse con cariño y amor.
Tener la suficiente sed de luchar para lograr una verdadera unión.
Hay ganas y me alegro.
Hay puertas en nuestro camino.
Hay muchos caminos por delante.
Hay opciones.
Hay sueños que quieren ser compartidos y cumplidos a modo de deseos.
Hicimos bien la tarea; fuimos buenos alumnos y sabemos que el amor es lo que queremos tener y hacer.
Disfrutar de lo que venga a nosotros, aunque no sea algo definitivo, ya que nadie sabe cuánto dura una pasión. Pero mientras haya pasión, no importa el tiempo, sino que tuvimos la chance y saber que lo bueno también nos puede tocar a nosotros.
Tengo ganas y ojalá vos también las tengas.
MARIANO SANTORO

lunes, 26 de octubre de 2009

Feliz con vos

Llega un momento luego de haber vivido mucho y muchas cosas no han sido buenas, que te sentís bien, te ves alegre y con ganas de mucho más.
Te sentís con deseos y sentís que alguien está empezando a quererte.
El saber que alguien te piensa y que te extraña, te renuevan el espíritu. Una cantidad enorme de sonrisas se instalan en tu rostro y tu corazón toma un color brillante.
Todas las lluvias por las que pasaste, todos los nubarrones y tormentas que pensaste que jamás acabarían, se alejaron.
Hay algunas cosas que aún te afectan. Nadie cambia completamente tan rápido. Pero te gusta verte bien.
Recuperaste el sonido del corazón y tus latidos se hacen más claros, se escuchan a la distancia.
Tu vida junto a la de tu amor, no son similares.
Cada uno tiene sus costumbres, sus rituales, sus manías. Pero sabés que estaría bien probar que ambos, pueden fusionarse. Mezclar experiencias y anécdotas con tal de crecer emocionalmente.
Costumbres de tantos momentos negativos, se han pegado a nuestra piel y debemos mutar. Arrancar esas capas de mala onda, de intranquilidad, de nervios que supimos conseguir y no siendo culpables, sino por tener una personalidad que nos afectan las cosas simples y románticas.
Viviendo de una manera romántica en un mundo cada vez más freezer, donde las cosas que tendrían que ser habituales, la gente las ha perdido. Valorar cada minuto de nuestra infancia sabiendo que crecimos con valores.
Gustos particulares y tan diferentes con el resto, pueden sumarse a los del ser amado.
Vivir de a 2 se puede y seguro que no es tarea fácil; si fuese fácil, si pensamos que podemos ser completamente felices y creer que jamás habrá mal, no tendría sentido creer que hay un paraíso, que hay algo mejor y que nos llegará en algún momento de la vida.
Pero el presente es así y tenemos que disfrutarlo y sentirlo y bañarnos en cariño, mojarnos con cada gota de amor que nos den y nosotros devolvamos con pasión.
Tu corazón dice y siente que se puede.
Sentite feliz, ya que hay alguien que lo está siendo a tu lado.
Le hacés bien y aunque sus palabras no te lo digan, el lenguaje del cuerpo no se equivoca.
Hay amor entre los 2. Hay mucho por delante. Hay y mientras haya, vas por buen camino.
MARIANO SANTORO

jueves, 22 de octubre de 2009

El último beso

Nadie lo sabe, pero llega.
Tu vida la vivís de la mejor manera y das lo mejor de vos. Vivís, sentís y amás como aprendiste. Sin maestros, ni alumnos. Lo hiciste golpeándote e intentando ser feliz.
Luchaste y lo seguís haciendo, ya que la vida por momentos nos quiere tirar, pero tu fortaleza podrá vencer.
Te cuesta volver a creer, pero es lo que debemos hacer.
De la misma nada, un día, una tarde, estás con la persona que adorás, que empezaste a querer y tenés muchas ganas de que sea a quien querés amar el resto de tu vida; lo pasás increíble y lo que hiciste, le encantó. Te hace bien saber que tu ser amado está bien y se alegra de ese encuentro. Pero te hace mal verte en el presente así, en este estado de soledad casi eterna.
Nunca creíste que se iría. Los días pasaban y en tu interior, sabías que existiría un nuevo encuentro. Ya los días se hacían demasiado largos y no llegaba el encuentro. Tu cuerpo reaccionó y quebraste. No supiste aguantar esa partida.
Te acordás cuándo diste el último beso?
Lo diste realmente con pasión?
Sabías que era una despedida?
La rutina nos puede matar y a la vez, tampoco podemos estar creciendo cada día y superarnos. Las exigencias del amor no tendrían que ser tantas. Dar, sí, dar lo mejor sabiendo que lo hiciste por vos y por tu pareja. Soñaste, pero no lo hiciste sola. Imaginaste situaciones y tampoco las pensaste para vos. Fuiste un solo ser con ganas de empezar a vivir de a 2.
Aprendiste detalles de su vida. Incluso los menos importantes, pero lo hiciste sabiendo que te importaba, que al saber más y más, tu amor crecería y así fue. Pero se ama entre 2.
No hay perfección en uno solo. Nos complementamos de a 2.
2 piezas unidas que juntas se amarán por siempre. Las que no tienen pasado alguno. Las que el futuro se hace minuto a minuto.
Y ese beso hoy ya es un recuerdo.
Darías mucho de vos por un nuevo beso, por sentir esa sensación al tocar esos labios y sumarle un abrazo y mirar, darte cuenta que estás delante a quien querés para tu vida.
Te dio mucho y hoy no está. Le diste mucho y hoy no está.
No querés hacerte la idea de que jamás volverás a estar a su lado. Y el título no sería como pareja, ya que estos golpes y esta separación te hizo ver las cosas de otra manera. Pero creés que se puede seguir de otra manera. El alejamiento te destroza y tu cuerpo lo sabe. Ya lo viviste y no te lo bancás. Caíste demasiadas veces y querés levantarte y sentís que no podés.
El remedio más a mano, el que tenés a tu alcance, es el recordar los buenos y pequeños momentos. Esos en los que te veías muy bien a su lado. Te gustaba lo lindos que se veían y que hacían una hermosa pareja. Estás en la realidad y sabés que no hay solución, que no podés obligar a que alguien esté con vos. Solo podés recordar y eso nadie te lo podrá sacar.
Ese último beso que diste, ese sabor hermoso que se siente cuando amás a alguien, debe ser tu empuje a buscar la felicidad que tanto deseás para tu vida.
MARIANO SANTORO