sábado, 11 de julio de 2009

Siempre tendrás tu ángel

No es fácil creer cuando uno no puede ver. En un momento en el que estamos verdaderamente mal, algo nos guía. Un buen ejemplo sería esos sueños en donde vamos cayendo y justo nos despertamos antes de estrellarnos, antes de morir.
Somos creados con propósitos, con metas que son mucho más importantes que las propias, pero casi siempre las dejamos pasar; le damos importancia a cosas que no lo son tal. Lo material, lo ponemos por delante y los sentimientos quedan a un lado. Es demasiado peligroso poner en juego el corazón, ya que gracias a ese motor vivimos y no debemos desperdiciarlo.
Creer, porque en algo hay que creer y todos tenemos esa lucecita, esa estrella, ese ángel que nos protegerá por siempre.
Siempre es una palabra extremadamente inmensa, como eternidad. Y siempre tendremos un cielo adonde mirar, siempre podremos cerrar los ojos e imaginar la mejor situación para sentirnos mejor. El poder de transportarnos a cualquier lugar. Hasta es probable que uno de esos ángeles llegue en ese preciso momento en que ya no le vemos sentido a nada y todo empeoró y nos dé el empuje necesario, la palabra adecuada, el mimo y abrazo para contenernos y dejar salir las lágrimas que ya no se bancan tanta angustia. Liberarnos de lo que nos daña, alejarnos.
Hoy es el día ideal para fantasear y volver a creer que todo se puede hacer real.
Alguien te quiere, alguien te adora, alguien te ama y hay alguien que velará por vos y no dejará que nadie ni nada te haga daño. Como un guardaespaldas personal.
Y nunca te abandonará, ya que su misión es cuidarte durante toda tu vida.
MARIANO SANTORO