Cuántas veces nos equivocamos y no lo sabemos hasta que un gran golpe nos pega bien duro en la cara?
Muchas veces damos nuestro corazón a la persona equivocada y no lo sabemos hasta el final?
Pero qué pasa cuando todo lo que dimos lo hicimos de corazón y al perder a esa persona, una tremenda angustia nos invade?
Cómo salir? Cómo seguir? Cómo vivir?
Sirve de algo arrepentirse luego de haber perdido toda chance?
Cuando aparecen miles de preguntas, la única respuesta posible puede llegar a ser el crecer y ser adultos.
Cuando el querer oír una voz, una agradable voz que nos de la paz para poder dormir, ya que los ojos no se pueden cerrar.
Cuando uno cree haber dado tiempo, espacio, libertad y a la vez, haber querido y entregado mucho más que sentimientos.
Qué hacer?
La palabra perder es muy fuerte y nos deja mal parados.
El esfuerzo que debemos hacer es superior al que estamos acostumbrados.
Y ese músculo, esas venas que hacen ese corazón que hoy se siente quebrado, se siente usado por no haber sabido cómo actuar en determinada situación.
Hoy ya todo quedó atrás, pero esa distancia es muy reciente y se hace más cerca.
Es como que dan ganas de juntar fuerzas y hacer todo lo posible por recuperar eso que sentimos perdido.
No es fácil la relación que puedan tener 2 seres humanos.
El amor es algo inexplicable, pero se siente.
Los cuerpos hablan y se han dicho las mejores cosas que jamás ninguna palabra haya pronunciado.
Cuando se logra tener piel, una conexión tan importante, no se puede abandonarla.
Hubo peleas, hubo discusiones fuertes, pero en el balance, ganan otras cosas.
Intentarlo es nuestro deber.
No podemos pararnos delante de un tacho y ver como cae nuestro corazón hecho pedazos y menos, ver ese corazón en las manos que nos han hecho mimos y nos han abrazado.
Esa persona llegó a un límite y algo la movilizó para llegar a este extremo.
Averiguemos qué fue, cuál fue el motivo.
Recurramos a todo lo que tengamos al alcance y tengamos una visión positiva.
No hagamos una pelea más, donde haya un perdedor; ganemos ambos, tengamos algo, seamos algo.
El nombre, se lo pondrá la vida que tenemos por delante.
MARIANO SANTORO
Muchas veces damos nuestro corazón a la persona equivocada y no lo sabemos hasta el final?
Pero qué pasa cuando todo lo que dimos lo hicimos de corazón y al perder a esa persona, una tremenda angustia nos invade?
Cómo salir? Cómo seguir? Cómo vivir?
Sirve de algo arrepentirse luego de haber perdido toda chance?
Cuando aparecen miles de preguntas, la única respuesta posible puede llegar a ser el crecer y ser adultos.
Cuando el querer oír una voz, una agradable voz que nos de la paz para poder dormir, ya que los ojos no se pueden cerrar.
Cuando uno cree haber dado tiempo, espacio, libertad y a la vez, haber querido y entregado mucho más que sentimientos.
Qué hacer?
La palabra perder es muy fuerte y nos deja mal parados.
El esfuerzo que debemos hacer es superior al que estamos acostumbrados.
Y ese músculo, esas venas que hacen ese corazón que hoy se siente quebrado, se siente usado por no haber sabido cómo actuar en determinada situación.
Hoy ya todo quedó atrás, pero esa distancia es muy reciente y se hace más cerca.
Es como que dan ganas de juntar fuerzas y hacer todo lo posible por recuperar eso que sentimos perdido.
No es fácil la relación que puedan tener 2 seres humanos.
El amor es algo inexplicable, pero se siente.
Los cuerpos hablan y se han dicho las mejores cosas que jamás ninguna palabra haya pronunciado.
Cuando se logra tener piel, una conexión tan importante, no se puede abandonarla.
Hubo peleas, hubo discusiones fuertes, pero en el balance, ganan otras cosas.
Intentarlo es nuestro deber.
No podemos pararnos delante de un tacho y ver como cae nuestro corazón hecho pedazos y menos, ver ese corazón en las manos que nos han hecho mimos y nos han abrazado.
Esa persona llegó a un límite y algo la movilizó para llegar a este extremo.
Averiguemos qué fue, cuál fue el motivo.
Recurramos a todo lo que tengamos al alcance y tengamos una visión positiva.
No hagamos una pelea más, donde haya un perdedor; ganemos ambos, tengamos algo, seamos algo.
El nombre, se lo pondrá la vida que tenemos por delante.
MARIANO SANTORO