miércoles, 8 de diciembre de 2010

Los deseos son siempre tres


Siempre se suele pedir 3 deseos: Salud, dinero y amor.
Para la salud, hay que cuidar el cuerpo y todo lo que hacemos con nosotros mismos.
El dinero, se lo consigue teniendo trabajo y amando lo que uno hace.
El amor, llega en algún momento de nuestra vida.
Todo puede llegar a ser maravilloso si conseguimos estas 3 cosas; pero es probable que la ambición nos haga querer un poco más, o quizás otras cosas.
Si pudiera pedir, elegiría que me perdonen por haberme equivocado alguna vez y que me valoren por todo el resto de buena persona que soy.
Podría pedir que me quieran, para poder dar todo de mí y ser el más compañero, el más protector y el más fiel.
Un tercer deseo sería poder amanecer al lado de esa mujer que deseo.
Ese juego de palabras de pedir deseos y a la vez, desearlos, al igual que uno desea a una mujer, a su pareja.
Desearla a nivel íntimo y mucho más como persona.
Uno: podría ser yo, un solitario queriendo revertir esa situación, ese estado civil tan triste por momentos.
Dos: seríamos los 2. Vos y yo, unidos por el destino que nos tiene marcado un hermoso camino por transitar.
Tres: sería la bendición de un hijo.
La unión que uno puede lograr, lo que se puede llegar a sentir en tan poco tiempo, se lo valora y es probable que se lo valore mucho más al ya no tenerlo.
Cuando ese camino que se había empezado, se achicó; se desunió y se hizo de una sola mano; nos sentimos perdidos, ya que a nuestro lado no hay nadie.
La tristeza llega acompañada por la angustia.
Nos sentimos abandonados, solitarios.
Imaginemos que todo lo que habíamos logrado, se desvaneció y no existen culpables, ya que no se puede culpar a una de las partes, sino a una confusión, a un error que creció y borró todo momento grato, todo hermoso momento.
Cuánto dura una relación?
Cuánto dura querer a alguien?
Cuánto dura el dolor de una pérdida?
Con FE, todo es recuperable.
Con FE, ese dolor se va.
Con FE, empieza la palabra FELICIDAD.
Y eso es lo que te deseo a vos.
A mí, por haberte querido tanto.
Por haberte llorado y extrañado hasta este segundo.
A mucha gente le suele pasar cuando vive una separación; pero hay veces que parece ser una extirpación, como que nos sacan algo sin estar preparados y eso, nos hace tambalear.
Por la amistad, que tanto cuesta lograr y hacer que dure.
Por creer que Dios todo lo puede y lo que se ha roto y quebrado; la magia de los milagros lo puede unir.
Mientras haya vida, tendremos que vivir y tratar de estar bien con nosotros mismos, sin nada malo en nuestro corazón.
Nuestro corazón debe ser como un quirófano; impecable, puro y limpio, para poder darlo a quien merece y a quien creemos dueña de él.
En mis sueños hay muchas cosas por cumplir.
En mis metas a futuro, hay algunas cosas que quiero lograr.
En mis proyectos, está el crecer a nivel humano.
En mi mente, estás vos y también tenés una parte de mi corazón.
Mi alma, es la que te brindó lindos momentos y es por ellos, que hoy deseo verte; que hoy deseo saber que estás bien.
De esa lámpara no saldrá ningún genio para cumplirnos los deseos.
Miremos a esa lámpara como nuestro cuerpo y que de nosotros, sale todo lo que queremos tener.
La solución está en nosotros y todos los deseos, se podrán cumplir si hay amor puro y verdadero.
No creo que pueda llegar a cansarme de decir que te extraño.
Y podría no cansarme nunca de decirte que te quiero.
Hoy, mis deseos pueden ser tres.
Verte, quererte y tenerte.
Y si pido otros tres, serían:
Que logres perdonarme, que volvamos al diálogo y que no me dejes nunca.
Me dieron ganas de tres más:
Te deseo que sigas siendo tan linda como hoy. Me deseo poder darte lo mejor que pueda. Nos deseo un lindo camino juntos.
Y le sumo Salud, para poder abrazarte todas las veces que me necesites y pueda ayudarte en todo.
Dinero, para regalarte cosas que te alegren.
Y amor, para que nos una y ser felices.
MARIANO SANTORO