martes, 22 de febrero de 2011

Palabras que ya no están

Todo comienza con unas miradas, unas palabras y desde ahí, un largo camino de conocimiento.
Empiezan a aparecer palabras de afecto y el cariño va creciendo.
En la brevedad se habla de querer incluso ya se siente un amor.
Ese amor crece a la par de las charlas y el tiempo que se comparte.
Ya se ganaron la confianza, hay fe que los mantiene juntos, los pensamientos y creencias los siguen uniendo.
Cada día hay más, cada día se gana mucho más y la felicidad ya está instalada.
Como parte de un juego pero con fines serios, se proyectan sueños, hasta quererlos materializar.
Se vuela ya que cuando hay amor, todo es maravilloso y se viaja tan solo cerrando los ojos e imaginarnos junto a esa bella persona que nos está llenando el corazón con mucho amor.
Los besos son contagiosos y crean una cierta adicción que es imposible dejar de hacerlo.
El haber hecho el amor por vez primera es una experiencia única ya que con todo lo logrado anteriormente, se llega a un nivel de entrega majestuoso.
El cuerpo es quien habla y lo expresa de todas las maneras posibles.
Se suman fantasías, se suman cosas por vivir; todo en ese gran plan que es amar a alguien y querer ser parte cada día de su vida.
Cuando se extraña el no hablar, el no saber por tan solo unas pocas horas.
Cuando terminan de verse y ya se extrañan.
Cuando el alejamiento de los cuerpos es como si nos arrancasen los brazos y piernas.
La ausencia de nuestra otra mitad, esa que nos complementa, la que nos guía a seguir teniendo fe ya que gracias a esa fe, esa persona se nos presentó en nuestra vida.
Ya tenemos esa sed de oír esas palabras, las que nos alegran cada día, las que sabemos que vivimos en el corazón de alguien y estamos en su mente.
Las palabras que por momentos no alcanzan a expresar lo que tento sentimos.
Pero de un día a otro, se desvanece.
Nos sentimos perdidos ya que no sabemos bien lo qué pasó.
Entramos en un estado muy feo y nos sentimos desvanecer.
La pérdida de ese ser no es por una muerte, sino que nosotros nos sentimos morir ya que dimos todo lo que pudimos y queríamos más.
Y hoy no está.
La realidad es que debemos seguir creyendo que en alguna parte está ese amor, esa mitad que nos complementará y nos hará felices.
Muchos quisiéramos tener una nueva oportunidad o tan solo sentarnos a hablar, a dialogar de manera adulta.
Se puede apartar el tema de pareja y ser amigos; sé que no es tarea fácil, pero todo se puede y más si hubo amor en esa pareja.
El amor une.
Los celos, la bronca, el rencor, el orgullo, los caprichos, las dudas y mucho más, nos separan, nos alejan.
Cuántos sueños han sido soñados incluso estando despiertos y al lado de esa pareja?
Cuántos proyectos se han perdido en alguna parte de las metas que estaban por venir?
Dónde quedó el amor que ya tenía buenas raíces?
Tenemos infinidad de preguntas y todas no nos llevarán a nada.
Tratar de superarlo es nuestra tarea prioritaria.
Vernos bien y sentirnos bien.
No ganamos nada teniendo el corazón dolido.
Sufrir, nos destroza el alma.
Llorando, dejamos la vida en cada lágrima.
Pero tengamos fe que en algún momento, quizás cuando menos lo esperemos y de la manera más insólita, aparecerá ese ser que nos hará brillar mucho más de lo que podemos hacerlo solos.
Vamos por más, por mucho más.
Amando siempre y dando lo mejor de uno; aunque fallemos, aunque nos equivoquemos durante ese camino, pero jamás debemos abandonarnos a la tristeza.
Cerrá los ojos y sentí los latidos de tu corazón; él, te está diciendo que quiere amar y ser amado.
Hacele caso!
MARIANO SANTORO