domingo, 19 de junio de 2011

Admirar

Cuando alguien le tiene un grado de estimación hacia otro ser, eso es admiración.
Admirar es mucho mejor que ser fanático.
Cuando nos damos cuenta en que la persona a quien le rendimos fanatismo es tan solo un igual a nosotros que por alguna circunstancia ha llegado al punto que nosotros u otro ser lo sigue hasta el extremo, nos hace daño; porque es humano y puede defraudarnos, porque depositamos en él, todo lo que somos.
Al admirarlo, es porque sentimos algo mejor.
Esa otra persona ha llegado a un lugar que quizás estaba en nuestros sueños y por motivos diferentes no lo cumplimos.
Admirar es ver más allá.
Admirar a los que nos dieron la vida, a nuestros padres, por haber hecho maravillas y casi milagros por tenernos y por darnos lo mejor y lo que estaba a su alcance.
Admirar a las personas que hacen el bien por otra gente, que no conocen y tienen un don natural de ayudar, de dar lo mejor de sí; de dar tiempo y las pocas cosas que se pueda hacer, con tal de ver feliz y con una sonrisa a mucha gente.
Admirar a quien nos presta atención, ya que al hacerlo, a ellos le interesa lo que decimos y lo que hacemos y es probable que nos valoren por compartir nuestra intimidad mediante la confianza.
Estaría bueno prestar atención al signo de admiración, ya que está dividido en 2 partes.
Una es la de la barra vertical y otra la del punto.
Nosotros somos como ese punto, que seguimos o admiramos a alguien superior por las cualidades que tengan.
Nosotros mismos somos los que nos ponemos en ese lugar: debajo de.
Pensemos en que en nosotros puede haber muchas cualidades especiales que a nuestro entorno y mucho más de lo que da nuestra mente, podemos hacer el bien o ser admirados.
En la simpleza, aprendemos.
En la humildad nos sentimos a la par de cualquier ser.
En la admiración, valoramos y cuando aprendemos esa enseñanza puede ser eslabón de una gran cadena, ya que está en nosotros poder seguir creciendo y dando mucho a quien se nos acerque.
Saber a quién admiramos es muy importante, conocer lo que ha sido y hecho en su vida, para poder brindarle la admiración necesaria.
De mi parte, admiro a todo aquel que puede hacer el bien sin mirar a quien.
A quien logra dejar huellas en todo ser viviente y lo hace porque ha tenido buenas raices en su vida y las ramas ya fortalecidas, le sirven para abrazar a todos los que necesiten un buen abrazo en el momento justo.
Feliz día del padre y a nuestro padre celestial, por guiarnos cada día y permitir que admiremos lo hermoso que es vivir.
MARIANO SANTORO