viernes, 3 de junio de 2011

Sentir

Sentir. Sentimientos.
Una enorme mayoría de lo que vivimos diariamente se basa en el sentir.
Sentir un buen aroma de un rico desayuno.
Sentimos un perfume; un mimo, un beso.
Sentimos el calor del cuerpo y sentimos alegría.
Sentir es lo que nos provoca sensaciones de felicidad.
Aunque hay días en los que nos sentimos con el ánimo muy por debajo de lo que podemos soportar; también sentimos dolor físico o del que fuere.
Sentimos pena cuando alguien se aleja.
Pero en lo positivo está el mayor poder.
Sentimos, porque tenemos piel y porque nos gustan las experiencias fortificantes.
Sentimos pasión cuando tenemos a nuestro lado una persona que nos da todo su amor y le correspondemos de igual manera.
Sentimos el aire al salir a la calle. Cerramos los párpados por unos instantes, mientras estamos parados y percibimos una gran y hermosa energía.
Nos satisface sentirnos así: libres, felices, alegres por vivir cada día y por todo lo bueno que nos sucede.
Somos sensibles ante las necesidades propias y ajenas; ante las circunstancias que quizás no podemos solucionar a la brevedad.
El cuerpo manifiesta sensibilidad.
Cuando hacés las cosas con el corazón, te sentís diferente y lo sabés.
Sentís que estás haciendo las cosas bien y que aunque haya algunas pequeñeces que todavía no se cumplieron para tu vida, están próximas a hacerse real.
Sentíte feliz: porque tenés vida; porque tenés esperanzas; tenés un cuerpo que desea seguir sintiendo amor.
Tenés salud, tenés gente que te rodea que quiere seguir siendo parte de tu vida.
Y si estás sensible, sentate y sentí la sensación de los sentimientos sanos que son de salvación.
MARIANO SANTORO