sábado, 24 de noviembre de 2012

Dueño de mis recuerdos

Un día fui alejando de mí, viejos prejuicios que ya estaban casi vencidos.
Me fui permitiendo algunas cosas que hasta las tomaba como prohíbidas.
Me fui liberando de presiones y descubrí que podía sentir de otra manera.
Que podía liberar algunas partes de mi ser que estaban en una caja fuerte.
Seguí consejos de amistades muy queridas y el agradecido comencé a ser yo.
Me encontré que era capaz de tener una relación, de ser simplemente yo.
De ser libre al exponer mis pensamientos y de ambicionar tener más vida.
Una vez no marca tendencia, pero fue una gran puerta que se ha abierto.
No era temor, ni alguna clase de miedo; simplemente que me gustaba ser así.
Y nuevamente agradezco el haberme asomado a esa puerta que se abrió ante mí.
La sorpresa y el recordar momentos de inocencia; el verme crecido y con aprendizaje.
Una mujer me abrió su puerta y me sentí en su casa y su casa era su corazón.
El mejor hogar es el que habitamos día a día y es nuestro cuerpo, nuestro ser.
Crecí cada día y aprendí que un mundo nuevo estaba dispuesto a recibirme.
Me sentí acompañado, me sentí escuchado, me ví en otra persona y me gustó.
Hoy, extraño besar, abrazar y lo demás; extraño verme de esa manera especial.
Me descubrí haciendo cosas únicas, como los momentos vividos.
Me permití sentir y no sentir verguenza, me dejé llevar y me llevaron al amor.
Soñé despierto, porque mirar lo que me pasaba, era el mundo perfecto.
Hoy no estás, pero yo sigo estando; hoy no te veo, pero te encuentro en mi corazón.
Le he llevado la contra a muchas personas y me he sido fiel a mí mismo.
Soy y seré quien quiero ser y tengo ganas de contarte; aunque quizás me leas.
Mis palabras son mucho más que texto, mi corazón es mucho más que sentimiento.
Son varias las veces en que quisiera que me escuches y es ahí cuando le hablo a mi corazón.
La vida hay que vivirla y en las pruebas que se nos presenten, hay que enfrentarlas.
Le doy la cara al mundo y muestro mi esencia a quien la sepa valorar y entienda de qué hablo.
Aprendí mucho y aún quiero ser un buen alumno; porque el mejor colegio es vivir la realidad.
Me quiero enviciar de lo que alimente mi alma, me quiero enamorar de la persona que me admire.
El menú de deseos se amplía cada día y hay lista de espera para que esos sueños sean reales.
Desde hace mucho que aprendí a caminar y seguiré caminando por el lugar que elegí.
Porque me permito emocionar, me decido a soñar y me quiero ver crecer.
Soy dueño de mis recuerdos.
Y ahí, tenés tu lugar reservado por siempre!

MARIANO SANTORO