miércoles, 23 de enero de 2013

Conjugar

Nacer y embellecer la vida.
Descubrir y sorprender a los que nos rodean.
Sentir que con cada acto, crecemos.
Dejar florecer nuestro ser y que cada pétalo sea de amor y dulzura.
Hablar, porque al expresarnos agregamos cultura y comunicación a lo que somos.
Abrazarnos a la vida porque en ella disfrutaremos nuestra estadía.
Somos pasajeros de un viaje llamado felicidad.
Somos perlitas que resaltan la hermosura de ser buenas personas.
Sensibilizarnos, porque en la humildad se crece y tomamos contacto con la naturaleza.

Confiar, porque es uno de los grandes secretos para creer en nosotros y en los que llegan a nuestra vida.
Soñar, porque todo es posible y en cada noche, se planifican los días por venir, ya que ese horizonte existe y es nuestro.
Iluminar, para cuando en nuestro camino nos crucemos con la oscuridad y podamos serles útiles a los que nos siguen.
Dios es el mayor verbo que existe.
Conjugar es jugar a ser mejores cada día.
Sin competir, porque el verbo correcto es compartir.
Sin dañar, porque el verbo correcto es sanar.
Sin molestar, porque el verbo correcto es ayudar.

Todo lo que pasa por nuestra mente, debería ser filtrado por nuestro corazón.
Tratar de no equivocarnos, para no fallarnos a nosotros mismos.
Entender lo que nos digan, para comprender y hacernos cargo.
Querer, para demostrar todo lo que recibimos.
Ser y estar, cuando nos necesiten.
Ayudar, porque está en nuestros genes.
Reír, porque nos aleja de lo malo.
Salir, porque el encierro no nos sirve.
Seguir, porque tenemos mucho camino por transitar.
Recordar, porque significa que hemos vivido.
No perder la capacidad de asombro, ya que sin eso, el vacío interno aumenta y nos destroza.

Valorar, cada segundo que compartimos con amigos.
Y conjugar el mejor verbo por toda la eternidad.
Amar.
Amarte.

MARIANO SANTORO