miércoles, 11 de septiembre de 2013

Nuestra gran maestra

Había una vez, es como comienzan la mayoría de los cuentos; pero la vida no es ningún cuento, sino que son experiencias y muchas, son las que nos marcan a fuego.
Nuestra gran maestra es la vida y no viene con ningún manual, sino que es en vivo; cada día, una nueva prueba donde nuestro deber es aprobarla.
Y no siempre es así, ya que no todo depende de nosotros.
Hay circunstancias que nos descolocan.
Esas noticias que al recibirlas, quedamos paralizados.
Y eso también es parte de la vida y cuesta superarlas.

Cada uno tiene sus preferencias y una de las mejores materias en la escuela de la vida, es el Amor.
Y es la que más trabajo nos da.
Nos gusta y tratamos de aprender lo máximo que se pueda, ya que siempre hay algo más por saber.
Un día tenemos un cuaderno con hojas en blanco y tenemos que empezar a escribir nuestra historia y si se trata de amor, mucho mejor, porque cada día, tendremos deseos de darle sentido a lo que queremos expresar, porque está en juego el corazón y los sentimientos y no queremos salir heridos, ya que alguna vez conocimos el dolor y luego, llegó el sufrimiento que tampoco deseábamos.
De todo se aprende y muchas veces, no estamos preparados.

A muchas personas les gusta las historias de amor y encontrarse con un final feliz no es habitual.
Y ahí es cuando debemos fortalecer la fe.
Creer que tenemos por siempre la ayuda de Dios y que él, sabrá guiarnos para poder completar nuestra historia más importante, que es la de vivir una vida de felicidad.
Amar y ser amados.
Aprender y ser alumnos aplicados.
Y quizás la vida quiera jugar con nosotros y darnos mensajes para encontrarles sentido.
Porque esos cuadernos y libros, vienen de los árboles; los mismos que la misma naturaleza nos regala cada día y tienen el valor de lo emocional y que a la vez, nos ayudan a vivir.

Y de ese mismo árbol, sale la fruta, especialmente la manzana que le regalamos a la maestra.
Quizás en un acto de devolución natural.
Ese fruto, somos nosotros mismos al poder superar cada obstáculo, cada prueba.
Esa manzana junto a los libros, son ejemplos de horas de estudio y la vida, se trata de estudiar y aprender.
No hay límites cuando queremos saber más sobre algo que queremos.

Querer es superarnos.
Amar, es disfrutar.
Cuando despertamos cada día, nos preparamos para la lección y si nos dejamos guiar por el corazón; ya tenemos un lindo camino ganado.
Nuestra gran maestra, vive en el deseo de querer ser mejores personas cada día.
Y ojalá que todos podamos tener las mejores notas en esta hermosa escuela llamada vida.

MARIANO SANTORO