Signo de amor, son las señales que marcan los sentimientos.
El máximo símbolo de las emociones que salen del corazón puro.
Hemos transitado caminos donde había rastros para que podamos guiarnos.
Huellas que eran una referencia para saber cuál era nuestro rumbo.
Y el amor estuvo siempre en nosotros.
Ese signo de amor que lo transmitíamos y lo ejercitábamos con las personas más allegadas, a modo de aprendizaje.
Nuestro carácter modificaba a través de que lo exteriorizábamos.
Comenzamos a creer en nosotros y en que había un hermoso destino al cual teníamos que dirigirnos.
Una señal había llegado y era ese signo de amor que tanto anhelábamos.
La conjugación de verbos siempre daba en plural y la felicidad, ya estaba instalada.
Signo de amor es lo que nos permitimos perfeccionar en cada detalle hasta que nos agrade.
Aprendimos que los gestos, aunque aparentemente parezcan simples, son los que quedan y conocen el camino para quedarse a vivir en nuestro corazón.
Queremos eternizar los momentos que vivimos y nos dejamos guiar.
En las calles de los sentimientos profundos, hay un gran signo de amor y es quien nos sabe conducir y al ser pacientes, nos dejamos llevar, porque el viaje que ya comenzamos, lo vamos disfrutando a cada segundo.
Y otra vez el tiempo que no son solamente horas, sino que pertenecen a estados donde podemos jugar mentalmente hasta hacerlos que estén de por vida.
Y las mañanas que son amaneceres donde despertamos a la vida y nos volvemos a encontrar con el signo de amor y vemos que crece, que siente y tiene mucho para dar.
Y lo protegemos como una caja de cristal, porque la fragilidad es también dureza porque el amor está afianzado, tiene experiencia por haber amado y todo lo que dimos, sigue estando en nosotros ya que nos renovamos y reforzamos lo que pasó, sabiendo que siempre hay algo mejor y hacia allá vamos.
Porque el signo de amor es para lo que hemos nacido; para descubrir lo que veíamos como misterio y al acercarnos más y más, nos invadió la plenitud de saber que amar es simple, que los secretos los hacen las personas, pero el verdadero signo de amor, fluye natural, crece como un árbol y nosotros somos a la vez ese árbol que aprende y sube y tiene una meta fijada hacia el cielo y cada lugar donde el amor real quiera vivir.
Aunque la casa adonde pertenece, está en nuestro ser.
Signo de amor, signo de belleza.
Bello amar, bello besar, bello confiar.
Precioso destino es el viaje interno.
Signo que deja tatuaje.
Amor, para alimentarlo con lo mejor que Dios nos pueda dar.
Dar y volver a amar.
MARIANO SANTORO
El máximo símbolo de las emociones que salen del corazón puro.
Hemos transitado caminos donde había rastros para que podamos guiarnos.
Huellas que eran una referencia para saber cuál era nuestro rumbo.
Y el amor estuvo siempre en nosotros.
Ese signo de amor que lo transmitíamos y lo ejercitábamos con las personas más allegadas, a modo de aprendizaje.
Nuestro carácter modificaba a través de que lo exteriorizábamos.
Comenzamos a creer en nosotros y en que había un hermoso destino al cual teníamos que dirigirnos.
Una señal había llegado y era ese signo de amor que tanto anhelábamos.
La conjugación de verbos siempre daba en plural y la felicidad, ya estaba instalada.
Signo de amor es lo que nos permitimos perfeccionar en cada detalle hasta que nos agrade.
Aprendimos que los gestos, aunque aparentemente parezcan simples, son los que quedan y conocen el camino para quedarse a vivir en nuestro corazón.
Queremos eternizar los momentos que vivimos y nos dejamos guiar.
En las calles de los sentimientos profundos, hay un gran signo de amor y es quien nos sabe conducir y al ser pacientes, nos dejamos llevar, porque el viaje que ya comenzamos, lo vamos disfrutando a cada segundo.
Y otra vez el tiempo que no son solamente horas, sino que pertenecen a estados donde podemos jugar mentalmente hasta hacerlos que estén de por vida.
Y las mañanas que son amaneceres donde despertamos a la vida y nos volvemos a encontrar con el signo de amor y vemos que crece, que siente y tiene mucho para dar.
Y lo protegemos como una caja de cristal, porque la fragilidad es también dureza porque el amor está afianzado, tiene experiencia por haber amado y todo lo que dimos, sigue estando en nosotros ya que nos renovamos y reforzamos lo que pasó, sabiendo que siempre hay algo mejor y hacia allá vamos.
Porque el signo de amor es para lo que hemos nacido; para descubrir lo que veíamos como misterio y al acercarnos más y más, nos invadió la plenitud de saber que amar es simple, que los secretos los hacen las personas, pero el verdadero signo de amor, fluye natural, crece como un árbol y nosotros somos a la vez ese árbol que aprende y sube y tiene una meta fijada hacia el cielo y cada lugar donde el amor real quiera vivir.
Aunque la casa adonde pertenece, está en nuestro ser.
Signo de amor, signo de belleza.
Bello amar, bello besar, bello confiar.
Precioso destino es el viaje interno.
Signo que deja tatuaje.
Amor, para alimentarlo con lo mejor que Dios nos pueda dar.
Dar y volver a amar.
MARIANO SANTORO