La Vida tiene tanto por ofrecernos que muchas veces le tomamos un respeto muy especial.
Como si le pedimos permiso para realizar diferentes actividades.
Desde nuestra independencia de ser, podemos ir liberando las emociones que tanto bien nos hacen.
Toda manera de expresar y de exteriorizar lo que sucede en nuestro interior, es positiva.
Cuando el amor que vive en nosotros se suma al externo, al que llega a través de otra persona, fluye algo increíble.
Las emociones se expanden y atraviesan los mismos muros que alguna vez pusimos delante nuestro para impedir que nos dañen.
No hay fragilidad, porque el amor es extrema fortaleza.
Sentir los sentimientos y vivir cada emoción como algo fantástico y único.
Suele pasar que nos causa conmoción, porque la impresión de saber que estamos en un momento de felicidad extrema, nos enaltecen y la alegría nos invade.
Vemos un inmenso mar de amor que llega y nos baña y limpia de todo lo anterior.
Una fuerza renovadora que nos motiva.
Y de una vida aparentemente simple, salen colores que nos transforman.
Vamos pintando cada paso que damos, porque ya estamos transitando el camino del amor real.
Liberando emociones es a la vez mostrarnos a un mundo cada vez más oscuro, pero vivimos con la esperanza de colorear la vida de quien se acerque.
Hay tanto para dar, tanto para ofrecer y tanto por disfrutar.
Cuando nuestras decisiones son las correctas, la perfecta voluntad nos permite sentir todo lo mágico que tiene la vida.
Somos independientes de elegir, libres para amar todo lo que nos alimente por dentro.
La franqueza de exteriorizar lo que sentimos, es lo que le da belleza a nuestra existencia.
Y somos espontáneos porque el amor es naturalmente sanador y liberador.
Liberando las emociones es hacerle saber a esa persona que es la indicada.
Y todo lo que veo en ella, es lo que pude modificar para encontrarme a mí mismo y mejorar la calidad.
La confianza nace de la sinceridad.
La humildad, nace de atrevernos a accionar desde el corazón.
Y lo que puedo llegar a sentir por alguien, nace de esa hermosa mirada que puede sentirse abrazada por mis más puros sentimientos.
Liberando las emociones es querer compartir el amor que vive en mí.
MARIANO SANTORO