sábado, 14 de febrero de 2015

Abrazar

Abrazar es esa mágica mezcla de sensaciones que nos produce el contacto de los cuerpos.
Abrazar es abrir la mente, liberar emociones y comenzar con una apertura al maravilloso juego que nos produce el azar.
El estar habilitado a las sorpresas, el permitirse esa paciencia al saber esperar que algo productivo llegará.
Abrazar es ofrecerle a quien se acerca una transmisión de nuestra propia energía.
Abrazar es hacer el viaje a todo lo que alguna vez imaginamos.
Y en el destino cercano, hay un mar que quiere cubrirnos.
La naturaleza intercambia con lo físico y una conexión especial es la que nace y comienza a crecer.
También es encontrarnos con lo inésperado y ahí, es cuando aparece nuevamente la magia.
Abrazar es recibir el lenguaje que el cuerpo tiene para decir y que muchas veces, no alcanzan las palabras.
Abrazar es compartir, es querer sentir que una fuerza divina surge desde el contacto casi perfecto, el que se queda en silencio para decirnos todo.
Abrazar es un camino que sólo conduce a un mejor bienestar.
La calidad que pide cantidad de eternos segundos de abrazos.
Abrazar es recostarse y cerrar los párpados para sonreír y guardar el recuerdo que está haciéndose luz.
Sentir un abrazo sincero es iluminar las zonas que se pusieron oscuras por las circunstancias de la vida.
Abrazar es una devolución de todo lo que recibimos; pero lo hacemos desde la solidaridad y con el respeto valorando cada abrazo y la persona con la que lo compartimos.
Abrazar es una caricia que dejamos fluir.
Abrazar es estrechar los brazos en un buen apretón que incluye al cuerpo y a todo lo positivo que vive en nosotros.
Abrazar es adoptar una postura en la que el universo se expresa a través de 2 personas.
Abrazar es saludar a la vida y sentirnos agradecidos.
MARIANO SANTORO