La vida se la vive y se la disfruta despierto.
Pero cuando me permito un descanso es ahí que comienzo a soñarte.
Mientras transito mi camino, ya que he soñado mi destino y ahí estás, porque anteriormente ya has comenzado a acompañarme.
La genialidad de la existencia me regala ese deseo de encontrarte cada noche.
Mi mente se va programando y soltando a la vez, porque sabe que al soñarte, la relajación llega sola.
Y vos sola sos la que me acompaña en este viaje.
La imaginación tiene su pasaporte al día y al cerrar mis párpados, me dejo tomar la mano por vos y juntos, volamos.
Soñarte me deja sentirte aún sin tenerte.
Soñarte es pensarte y quererte hasta volver a verte.
Soñarte es observarte porque me hacen admirarte.
Soñarte es crearte en mi mente y brindarte lo más íntimo de mi ser.
Soñarte es elevarte a tal extremo pero sin marearte.
Soñarte es decirte sin apalabrarte, lo que tengo para darte.
Soñarte es dejarme expresarte que tengo ganas de amarte.
Todo lo que puedo creer, lo planifico y le voy dando forma.
Siento que lo mejor de mí, atraviesa mi piel y se expande, se extiende y me envuelve en un halo de sorpresa.
El no saber lo que sucederá, aumenta mi fe en creer que algo bueno llegará.
No dependo de nada que me frene, porque mi meta es estar en movimiento.
Agradezco, tener una nueva cita esta noche, en la que volveré a soñarte.
MARIANO SANTORO