Segundo día de un segundo mes.
Tiempo que corre y horas para disfrutar lo que en minutos se nos ocurre.
Segundos que transcurren y dejan una pequeña seña de que algo pasó.
Segundo segundo y hace una nueva numeración, que sirve para comprender que muchas cosas pueden irse en tan sólo un segundo.
Todo en conjunto es imprescindible y de mucha utilidad para aprender a darle más valor.
La importancia de lo temporal es estar hablando de lo emocional.
En un segundo podemos salir del equilibrio y perder el eje y el segundero se corre y será mayor trabajo regresar al estado que queremos.
La gran mezcla de humanidad versus máquina.
Relojes que ayudan a tener un control de lo que pasa, que nos ayudan a ser puntuales, a tener obligaciones.
Relojes que nos indican que todo tiene su tiempo de sanación y que esas horas vividas, no han sido perdidas, sino que nos ayudaron a comprender la situación.
Y algunas veces hemos dicho cosas que no deseábamos, ya que los impulsos han querido dominarnos, pero supimos tener paciencia.
Y la vida nos ha obsequiado segundas oportunidades en las que pudimos aprovechar para enmendar el error y el perdón.
Minuto que no se vive con intensidad, son muchos segundos desperdiciados.
Y la vida ya nos ha enseñado lo suficiente para entender que existe el dolor, pero a la vez, hay algo que lo cura.
Somos humanos, somos vivientes y llenos de secretos que aún queremos descubrir.
A veces nos falta tiempo para realizar todo lo que nos agrada y muchas veces, ocupamos ese tiempo en cosas sin sentido.
Segundos que no dejan de funcionar, de caminar; mientras nos adaptamos a esa continuidad sin dejar atrás lo que venimos haciendo.
Algunos pueden dejar escapar algún "te amo" en un segundo y en otro, decir lo opuesto.
Cada segundo es clave y tiene su propio misterio y es esa la tarea que nos toca realizar, la de darle el valor sin que se nos vaya el tiempo.
MARIANO SANTORO