domingo, 24 de julio de 2016

Las noches de tu vida

Cada momento de nuestras vidas tiene su encanto, si lo sabemos aprovechar.
Cada situación viene con un aprendizaje semioculto.
Y es casi un deber, encontrar lo que mejor nos haga sentir.
Crecimos como árboles sabiendo dar los frutos necesarios para continuar alimentando nuestro ser.
Las semillas han sido útil para quienes se sumaban a nuestro camino.
Y fuimos elevándonos hasta conseguir cada meta que nos propusimos.
Durante el día, teníamos la gran chance de socializar, de hacer nuevas amistades.
De sentir que cada rama tenía su objetivo y lo lograba.
Y fuimos testigos de historias muy personales y fuertes.
Servimos como consejeros fortaleciendo el lazo humano y de amistad.
Y en las tardes, ya casi reposados tomando breves descansos, para contemplar lo que el universo nos regalaba.
Y nosotros también aprendimos a guardar y proteger nuestros propios secretos.
Entramos en lo más profundo de nuestra humanidad para sentirnos acompañados por la divinidad.
Y logramos comunicarnos con cada estrella y con los misterios que se hallaba en cada una.
Una conversación a modo de ritual que nos hacía sentir muy bien.
Las noches de tu vida, son esas que se hacen eternas, que no tienen finales, sino que siempre hay algo que comienza.
La luna sale para susurrar anécdotas de eternos románticos que esperar por su felicidad.
Mientras nos vemos reflejados en alguna historia, pero queriendo vivir la propia.
El núcleo de lo que somos, ha encontrado un preciado lugar en el corazón de lo que se acercan y quieren nuestra amistad.
MARIANO SANTORO