domingo, 25 de septiembre de 2016

Foco

Es muy probable que durante toda nuestra existencia hayamos conocido muchos cristales.
Una gran cantidad de vidrios en diferentes tamaños.
Y en cada uno de ellos, hemos tenido una visión momentánea de lo que podíamos ver.
Sabemos que observar es más inteligente que simplemente mirar.
Y con todos los cristales, fuimos viendo y no todo ha sido agradable.
En los momentos cíclicos que también suelen ser normales, tuvimos situaciones especiales.
Y las distorsiones también llegaron para que las conozcamos.
Aunque muchas veces no las reconocíamos en el mismo instante y eso sirvió para aprender.
Cuando le damos más valor a lo que vivimos.
Cuando le ponemos nuestra energía a lo que realmente amamos.
Cuando sentimos que lo que sale de nosotros es altamente positivo.
Es recién ahí que nos focalizamos hacia una gran mejoría interior.
Focalizar lo que está en ese horizonte cercano y hacia allá caminamos.
Nuestra mano ya se ha amoldado a encontrar el punto exacto para visualizar lo que tanto anhelamos.
El corazón marca el ritmo y nos ayuda a encontrar lo que ya no buscamos.
Ya nos hicimos de ese objeto que nos ayuda a ver el foco preciso.
Y así, con nuestra mirada enfocada hacia los objetivos que salen desde lo más profundo.
Y valorando cada segundo, porque tal como una cámara, hay que saber aprender a detectar la exactitud del mensaje desde destino.
Y es otro de los sabios momentos de la vida en que nos deja libres para ser lo que queremos, pero teniendo en cuenta que lo primero, es agradecer por poder ver.
MARIANO SANTORO