Cada día debemos encontrar una fuerte motivación para continuar.
El camino que podemos elegir sabiendo que nos llevará a un buen lugar, no es el más fácil, pero sí el que se obtiene mejores logros personales.
Una ruta que se ilumina con cada sueño, con las ilusiones de saber que algo nuevo limpiará lo anterior, pero protegiendo lo que realmente debemos guardar y recordar.
Una nueva personalidad que se forma con todos nuestros anhelos.
Un lugar positivo que se abre con cada oportunidad que nos damos a nosotros mismos.
Figuras y rostros que regresan para hacernos sana compañía.
Naturaleza que crece a medida que sembramos nuestros propios ideales.
Un universo de estrellas que brillas y nos estimulan.
Las que juntas, forman, los mensajes correctos que queremos escuchar.
Una luz atrapante que nos llama para decirnos que el miedo no pertenece a este lugar elegido.
Y vemos esquinas, veredas y momentos de nuestra historia.
Y llega a la mente lo que alguna vez vivimos y consideramos relevante, lo que disfrutamos.
Y todo eso llega para confirmarnos que hemos tenido buenas historias, que hemos vivido lindas situaciones, aunque luego las hayamos dejado de lado.
La velocidad del mismo vivir, nos hace olvidar momentáneamente, lo importante.
Y hoy, lo más importante es este presente.
Esta entrada por ese camino de luz que emana nuestro corazón.
Es muy bello y satisfactorio poder ver y sentir todo esto.
Porque la fe crece y la sonrisa nos dice que todo estará bien y esa caricia es la que nos ayuda a descansar.
A la tranquilidad del alma, a la paz interior, a los latidos con sentidos, al amor verdadero, a la luz que nos guía, a Dios, siempre hacia él.
MARIANO SANTORO