Un día supe que la timidez no me conduciría hacia ningún sitio.
Pero la adolescencia llega con emociones especiales que aún no tienen control.
Y se va creciendo sin filtro en busca de situaciones especiales.
La inmediatez es algo que creemos necesaria.
Y que cada capricho, debe cumplirse como ley.
Se llega a conocer a decenas de personas y esa cantidad confunde lo que realmente se precisa.
Aunque luego sabremos que conocer a alguien, en su plenitud, es una tarea difícil e interesante.
Cuando nos vamos involucrando, ese interés aumenta.
Queremos conocer mucho más de la persona a la cual estamos, conociendo.
La motivación de descubrir no sólo secretos, sino parte de su propia experiencia y existencia.
Quizás a modo de conquista de espacios ajenos, pero sin querer ocuparlos.
El respeto se potencia cuando del otro lado se abre una compuerta de confianza.
Un baño de humildad comienza a entrar en nuestro ser.
Una enseñanza que continúa a medida que queremos compartir más tiempo.
Y el tiempo se transforma en algo más valioso, porque hacemos lo que el corazón nos pide.
Encontrarle un sentido a la vida, también significa estar con la persona que queremos.
Un camino no se hace solo, sino que es un trabajo en equipo.
Y es todo mi ser el que se puso de acuerdo en colaborar.
Mi destino ya comenzó, cuando decidí ir camino a vos.
MARIANO SANTORO