Hemos aprendido que lo externo es tan sólo el envase del gran tesoro que llevamos dentro.
Todo lo que hemos vivido, se ha guardado y no todo es necesario.
Examinarnos y ver que es momento de elegir lo mejor, es la mejor tarea por realizar.
Para continuar caminando, hay que saber vaciar lo que ya no suma.
Liberar peso es tomar la decisión de dejar allá lejos y bien atrás, lo que no ha tenido la importancia necesaria.
Proteger el contenido es lo que nos hará más valiosos.
Separar lo que nos daña y también, aprender a separarnos de la caparazón.
La desnudez del alma, necesita respirar.
El corazón necesita tener aire; sentir nuevos aromas.
Y es nuestra vida la que pide perfumar todo el ser.
Llenarnos con las mejores esencias para potenciar lo que somos.
Amar cada centímetro de nuestro cuerpo y mejorar la existencia.
Y es en cada vivencia que nos alegramos.
Sentir el interior y exponerlo.
Que tenga su cálida madurez y su punto justo para sentirnos orgullosos de mostrarnos a nosotros mismos, todo lo transitado.
Y conocemos la fragilidad, desde que nos enseñaron a ser duros.
Una vida de cristal, sólo se protege desde adentro.
La sanidad es la mejor calidad del horizonte al cual queremos llegar.
Contenido, es saber que siempre hay un corazón con ganas para seguir amando la vida.
MARIANO SANTORO