En camino hacia la perfección, el destino se presenta en nivel 9.
Una cifra que anticipa que todo marcha según la divinidad.
Un sueño proyectado que se idealiza y va tomando su forma gracias a la perseverancia.
Creyendo que todo es posible, la vida nos adelanta situaciones que emocionan.
Noticias que se envuelven en pocas palabras, pero con un contenido inmenso.
La alegría llega y se instala cómodamente, porque sabe que recién, se abre una gran posibilidad.
La gran puerta de la luminosidad nos invita a ser parte de la gran celebración.
Ventanas de esperanza que se mezclan con nuestra piel.
Un mar que ha sabido transportar ilusiones, ya conoce su hogar.
El rumbo se mantuvo firme mientras la mirada se fijaba en un ideal.
La tranquilidad se manifiesta y es en la paz interior donde mejor nos podemos relajar.
La paciencia entiende de tiempos y que ya está trazada las huellas.
El GPS está estable e imaginando nuevas experiencias.
El corazón late y marca el ritmo a paso firme y seguro.
Los números se presentan entre sí y se hacen amigos.
Se juntan y se abrazan hasta formar pensamientos.
Desde nuestra unidad que nacemos a comenzar a sumar personas a nuestra vida.
Matemática sabia que sabe qué números son los necesarios para que la ayuda se potencie.
Y es el 9 del nueve donde las voces internas dejan fluir los mejores números y seguir sumando.
MARIANO SANTORO