La noche es como un gran frasco de misterio lleno de sorpresas.
Una bebida familiar abre las puertas de la comunicación.
La adolescencia en su esplendor, va dejando huellas de deseos.
El universo, estaba permitiendo que se cree una unión que duraría por siempre.
Y es ese "siempre" en el que uno no se da cuenta y crece.
Un cuento escrito desde un futuro, sería trapasar la puerta del placer.
Palabras escritas en un cuaderno, crearían pensamientos tan reales que se hicieron presente.
Y otro nivel de diálogo llegó para quedarse y hacerse amigo.
Confesiones adultas que fortalecen la amistad.
Y hoy me encuentro mirando el número 25 que se acerca en la historia personal.
Y verte, es admirarte.
Es encontrar en vos, la poesía diaria que hace bien al corazón.
Es la fotografía que se eterniza y nos abraza en momentos de soledad.
Es la canción que late junto a nuestro corazón y hacen que nuestro ritmo nos conduzca al mejor destino.
La belleza natural que se observa, es tan sólo una pequeña parte de lo que sos como persona.
Y la tecnología sabia, nos volvió a conectar.
Los diversos colores crean imágenes que van más allá de nuestra mente.
Todo el ser se moviliza y fortalece.
Y los recuerdos comienzan a rodearme y confirman que el cariño hacia otra persona, no tiene vencimiento.
MARIANO SANTORO