Por todas las calles que has andado, has logrado conocer a cientos de personas.
Cruzaste palabras con varias y otras, tan sólo dejaste que se crucen en el camino.
Supiste elegir a los que querías tener del lado de tu vida.
Un gran círculo que se fue achicando a través de los años.
Lograste la maravillosa conexión para poder llamarlos amigos.
Una de las mejores etiquetas que uno pueda tener.
Compartir mucho más que momentos, porque en lo cotidiano, se ve y se siente lo que se puede lograr de esa unión.
Ocupaste lugares y puestos en diferentes trabajos.
Viajaste por donde pudiste y aprendiste a quedarte en pocos sitios.
Y lo mejor, es que has podido irte de algunos lugares, sin extrañar.
Uno sabe dejar recuerdos en los demás y a la vez, sabe elegir lo que quiere guardar y proteger.
Hubo suelos que pisaste en los que se alegraron con tu presencia.
Hubo instantes en los que tu energía, comenzaba a bajar y aprovecharte a salir.
Diste todas las vueltas para obtener lo que quisiste y la perseverancia fue tu gran valor.
Sumaste valores a toda tu esencia.
Miraste relojes porque la puntualidad es el mayor respeto por el otro.
Y si se trata de valores, el diste al tiempo, lo mejor de tu corazón.
La pureza de los sentimientos a ese mágico artefacto que no sólo te dice las horas.
Tu tiempo es precioso y lo que hagas con él, se potenciará, por eso, siempre será tu fiel amigo.
MARIANO SANTORO