La ventana de la vida se abre para invitarte a compartir lo bello del interior.
Asociarte a todo lo bueno que uno ha sabido coleccionar.
Una acumulación positiva que es energía natural.
El clima que se acerca y te dan ganas de comenzar a sembrar.
Esa maravillosa experiencia que tiene lugar en el futuro y que cada día, te ayuda a ser responsable.
Gotas de amor que vas depositando en el recipiente que bien puede ser tu ser.
Caricias cotidianas en las que vas ofreciendo lo mejor de vos.
Ver crecer sensaciones que se expanden y querés compartir con los que te rodean.
Un saludo de bienvenida a los que se quieren sumar.
Una comunidad que florece con deseos contagiosos.
Caminando por las calles del destino te cruzás con personas e imágenes que te alegran.
Tu rostro transmite lo que va tomando forma desde el alma.
Núcleo divino que hace bien y tus emociones se potencian.
Tu cuerpo se suelta y se permite bailar.
Ya no hay nada que te atrape, sino que aprendiste a liberar el perfume de la paz.
Despertar de sueños agradables y confirmar que pueden hacerse realidad.
Alcanzar la meta anhelada es posible, porque la fe, también crece junto a lo que sembraste.
Y el amor que fortaleciste en vos, tiene ganas de que lo conozcan.
Y las puertas de las oportunidades se abren en nombre del amor.
MARIANO SANTORO