lunes, 18 de marzo de 2019

Dibujar con el corazón

El inmenso placer de disfrutar de la niñez.
De comprender que todo se trata de un juego y que la misión es divertirnos.
Un compilado de sueños que nos animamos a fabricar durante noches eternas.
Y despertar con alegría y regalar sonrisas a la vida.
Y la obligación principal es inventar un nuevo juego.
Las herramientas ya están extendidas en el piso y sólo debemos comenzar.
Esa pared gigante que se encuentra delante, será cubierta con la inspiración de lo que sienta el corazón.
No tenemos apuro porque sabemos que mientras más disfrutemos del presente, más lo valoraremos en aquéllo que llaman futuro.
En esta oportunidad no quisimos compañía.
Muchos amiguitos se hubieran sumado a esta experiencia.
Pero tomamos la decisión de hacerlo por nuestra cuenta y llegado el momento, ellos vendrán a ver la obra.
No nos pusimos fechas, pero sí algunas reglas básicas.
Nuestra especialidad han sido las noches llenas de cuentos y ese cielo, era el comienzo de la tarea.
Las bellas estrellas que formaban nombres y dibujos.
Alguna estrella fugaz que viajaba cruzando la noche en las que las palabras hacían silencio por respeto.
Y la hermosa luna sería tan grande como las ganas de conocerla y tocarla .
Iluminar una blanca pared, es un interesante reto y le daremos cielo de día, porque es también amiga de la noche.
La creación, saldrá de todo lo bello que vive en el corazón.
Eternizaremos un momento especial de nuestra vida y al mirarla, nuevas sonrisas llegarán para contagiar a cada observador.
MARIANO SANTORO