lunes, 4 de marzo de 2019

Manos que hablan

Hacía bastante tiempo que no te veía, pero bien sabés que en cada cumpleaños, me hacía presente a través de un llamado.
Escuchar tu voz, hacía bien, aunque te quejabas, pero era parte de tu personalidad.
Y siempre te hacías espacio para poner tu cuota de humor.
Una persona muy especial que trabajó hasta que pudo, porque de haber querido, seguiría.
Leal, como la sangre que corre por tus venas.
Y en este encuentro, hubo pequeños cruces de miradas.
Entiendo tu cansancio, pero de alguna manera, nos miramos.
Y te tomé la mano, nos agarramos con fuerza.
Sentí que me hablabas.
Me saludabas y me decías cosas.
El entorno y la situación no era la mejor, pero era la que nos tocó.
Y en ese tocar, tu mano me dijo gracias.
Sentí la despedida, sentí que querías hablar y decir muchas cosas.
Quise abrazarte, pero tu cuerpo había cambiado.
La fuerza, hoy estaba en tu corazón.
Y ese motor, se conectó con tu mano derecha para entrelazarla con la mía.
La dureza de lo que estaba pasando, no impidió nuestra comunicación.
Tendré tiempo para seguir descifrando todo el mensaje que me diste con tu mano.
Te voy a extrañar, porque fuiste un buen maestro y muy buena persona.
MARIANO SANTORO