El hechizo de lo que consideraste amor alguna vez, ha hecho su trabajo y te descolocó.
La magia de tu ser, ha logrado superar algunos obstáculos.
Tu pequeño cuerpo, pudo comenzar a sembrar la fortaleza de lo que querés ser.
Tus alas, se guardaron hasta un nuevo viaje.
Ya no tenías lugares para recorrer y optaste por el encierro.
Los baños de inmersión consiguieron limpiar parte de los daños ocasionados.
Y esas mismas alas, estaban enteras, pero protegidas.
Dudaste al preguntarte cuándo era el momento de abrirlas.
Pero extendiste tus manos y tu cuerpo, se fue parando hasta encontrar el equilibrio justo.
La llave de tu corazón, produjo el milagro.
Sentiste que había llega el momento.
Que aquella hada que fuiste desde niña, podía regresar.
La que supo imaginar y hacer unas cuantas cosas realidad, todavía vivía en vos.
La luz de la ventana te saludó y se cruzó con tu luz interna.
Esa comunicación fue la clave para la evolución necesaria.
Ya no podías permitir que el pasado tome control de vos.
Tus alas de hada, crecieron a la par de tu fe.
El presente te espera para volar.
El destino que elijas, se alegrará de verte.
MARIANO SANTORO