La ansiedad suele hacerse presente ante el acontecimiento de visitar a alguien.
El cariño que bien supimos mantener, es guía hacia el encuentro.
Cada uno y a su manera, hace la previa y se preparan.
Las emociones estabilizadas saben en qué instante aparecer.
Aunque la sorpresa se reserva un lugar muy especial.
Bajo un cielo de estrellas que codifican sus nombres y sus deseos, se verán nuevamente.
Ha pasado un tiempo desde la última vez.
Y en el camino han quedado experiencias que se desvanecerán porque lo que llega, es mucho más fuerte.
Él fue juntando algunos recuerdos en caso que el silencio quiera apoderarse de la cita.
Ella, tan sólo se preocupó por elegir las mejores vestimentas.
Aunque él sabe muy bien que lo que mejor le queda, es ser ella misma.
La belleza interior podrá cubrirse con cualquier ropa, pero siempre sobresaldrá la esencia.
Las palpitaciones llegaron y está bien que lo hagan, ya que serán motivadoras.
El espacio que ambos han sabido proteger es tan inmenso como la eternidad.
Ya conocen sus tiempos y ellos se dan la oportunidad de verse en la adultez emocional.
Aún tienen mucho por vivir y mucho más por sentir.
Atrás, quedaron los bocetos de lo que uno consideraba lo que tendrían que ser las leyes de una relación y nada mejor que fluir en estado álmico.
Ella habla susurrando y le dice: "Te espero en el amor".
Él responde: "Ya voy hacia tu corazón".
MARIANO SANTORO
