viernes, 15 de mayo de 2020

Planeta personal

Esa mañana tenía aroma a silencio.
Palabras que no querían decir, ni confirmar.
Una pareja de pajaritos vino a saludar.
Y la foto, no quiso salir y ellos volaron.
Una tonelada de realidad cayó sobre mi mundo.
Pero aún, estaba toda la fuerza del universo.
La que llegaría para quedarse.
Y el destino se encargó de que la comunicación sea espiritual.
Todo lo que vino en modo material, alimentó todo lo emocional.
El mágico misterio de que lo físico, pasa a ser parte de la sangre.
La energía viaja y se aloja en donde sabe que será valorada y querida.
Y se fusiona con todo lo que somos y con todo lo que vamos a ser de ahora en más.
La eterna sonrisa vive en mí.
Y aunque haya días en los que la propia, se esconda; en el interior es donde se siembra y se cosecha.
En cada amanecer, me despierta el agradecer.
Ya sos parte de mi ser y eso es lo que me motiva.
Y es la vida, lo que más me permito amar.
Mi planeta personal, lo voy construyendo a diario.
Y es en lo cotidiano, que el corazón vive en mis manos y ofrece ayudar.
MARIANO SANTORO