Son demasiadas las veces en las que escuchamos inconscientemente, voces ajenas.
Diálogos ficticios creyendo que son parte de una vida real.
Palabras que se cruzan sin decir nada interesante.
Sonidos del tránsito y la velocidad del planeta que aún no aprendió a frenar los impulsos.
Ruido intenso que sólo provoca malestar.
Y es momento de accionar.
El hecho de tratar, de intentar, ya es parte del comienzo.
Y en el horizonte hay un fuerte sentimiento.
Es lo que nuestro guía interior nos marca como rumbo.
Y cambiar nuestro propio mundo, es la mejor experiencia que podemos tener.
Y la sabiduría del ser es comunicarnos con lo que somos y hemos sido.
Empezando por los latidos, que le dan sentido a nuestra vida.
El corazón a la espera de poder amar a esa bella compañía.
Practicando la empatía, es cuando mejoramos como humanos.
Estrechando las manos, a quien lo necesita en tiempos de oscuridad.
Sólo veremos la claridad, si hablamos con nuestra divinidad.
Viendo con el corazón, lo que alguna vez tapamos con la mirada.
Encontraremos la forma adecuada, para salir adelante.
Sin dejar de ser humildes estudiantes, en la escuela de la vida.
MARIANO SANTORO