viernes, 29 de octubre de 2021

Arte natural

 

El día no había surgido según lo planeado y es que ya los planes, casi, que no dependían de nosotros.
El día a día se había vuelto demasiado rutinario.
Y encontrar ocupación para llenar tantos vacíos etarios, era un interesante desafío.
Por la tarde ya iba mejorando el ánimo.
Parte de la creatividad renacía y juntaba fuerzas para hacer algo.
Lo que sea, lo que salga; lo importante era accionar.
Mientras iba cayendo la noche, aparecían todas nuestras soledades.
Caían anhelos y todos juntos, se dispersaban por el ambiente.
Y para despejar el desorden, la mejor opción era salir.
Y ahí estaba ella; la bella luna inspiradora.
Y justo esa noche, tenía ganas de hablar.
Presté atención como un alumno en sus primeros días de clase.
Y comenzaron a develarse algunos secretos.
Las preguntas se desvanecían ante respuestas simples y naturales.
Todo lo que sucedía era arte en su estado más puro.
Respirar con ganas y tener fe que un nuevo día llegaría.
Se cayeron los telones y todo lo necesario, estaba ahí.
La mejor escenografía creada por nuestro creador.
Me sentí liberado y alegre, porque sabía que llegarías.
MARIANO SANTORO