sábado, 19 de febrero de 2022

Buceando

 

Un viaje que tendría sus paisajes visuales y amorosos.

Dos personas queriendo llenar un fin de semana largo.

Tres evidencias, estaba teniendo en mi poder.

Cuatro letras tiene la palabra duda y eso comenzó a dar vueltas en mi mente.

Y la secuencia numérica crecía, al igual que mi dolor.

El acontecimiento dejaría mucho más que marcas y secuelas.

Uno de los mayores aprendizajes sin haber estudiado.

Y la sorpresa llega y te golpea literalmente.

Pero mis manos, sólo las utilizo para escribir, saludar y ayudar.

Jamás dejé de silenciar mis pensamientos, sólo los fui acomodando.

Y me fui lo más profundo que pude.

Buceando, encontré algunas respuestas, pero mis preguntas iban a demasiada velocidad.

Y tuve que detenerme, que frenar impulsos y sentimientos.

Me aferré con fuerza al amor; el propio y por la vida.

Y comencé a dar pasitos como un recién nacido.

Pero mi mente, era la de un adulto afrontando circunstancias durísimas.

Toda dolencia, la fui modificando hasta poner sabiduría en esa experiencia.

Y aunque no podía morder la bronca, la alejé hasta perderla de vista.

10 años con un cuerpo renovado y la creencia y mi fe, más fuerte para poder seguir.

MARIANO SANTORO