Frágiles caricias para quien ha dado demasiado en su vida.
Cuidar cada detalle, porque la hermosura externa, se construye desde adentro.
Cuidar y proteger desde afuera, porque lo que nos rodeamos, muchas veces no es lo adecuado.
Cuidar los colores, porque no queremos que se manche la belleza.
Sentir todo lo que nos genera estar frente a vos.
Vibrar con cada emoción que baila ante las sensaciones naturales y genuinas.
Observar el entorno y acercarnos para dar lo mejor de nosotros y que sientas la protección.
Recordar por todos los climas que tuviste que pasar.
Pensar que para atravesar los obstáculos, la fe es el mejor camino.
Sembrar esperanza y ser paciente porque lo bueno, siempre llega en el momento ideal para nuestro bienestar.
Soñar que siempre hay algo positivo ante las enseñanzas cotidianas.
Guardar los instantes que nos hicieron reír y traerlos cuando estamos por ver la oscuridad.
Envolvernos como un regalo, porque el presente lo hacemos y nos sorprende.
Mostrar la transparencia de nuestras acciones, abrirán puertas.
Destacar lo que hagan los demás, nos aferra a la maravillosa conexión llamada amistad.
Salir a disfrutar del mundo, porque lo construimos en cada segundo y con perseverancia, crece y se embellece.
Ver crecer los pétalos de vida y de amor, porque nos hace más humildes.
La gigantez de lo pequeño, se conecta con el niño interior.
Y todo se fusiona amablemente y cuidar, es mucho más que nuestra meta.
MARIANO SANTORO