Hoy doy el presente como buena alumna en la escuela de la vida.
La importancia de la circunstancia que me traen a este aquí y ahora.
Es la oportunidad perfecta que me brinda el destino para comunicarme con la que fui y la que seré.
Dejo que cada emoción, tenga su propia duración.
Toda época vivida y disfrutada, debe ser recordada.
La ventana del alma se abre ante mis ojos.
Puedo observar las etapas del crecimiento.
Valioso momento que me invitan a sonreír.
Viajando por cada estación, guiada por mi corazón.
Hay espacio para remembranzas.
Jugando con adivinanzas.
Fiel testigo de la memoria.
No existe edad para ser buena persona.
Y en este gigante escenario donde me siento como espectador.
Veo el tiempo y le ofrezco mi respeto.
El pulso de mis sentimientos me lleva a seguir en movimiento.
Precioso regalo en cada amanecer.
Y en este lugar, me pongo a investigar.
Sé que aún hay mucho más, porque veo el reflejo en el festejo de vivir.
MARIANO SANTORO
