Muchas cosas se logran con esfuerzo.
En la vida, nada se nos regala.
No existen recetas; quizás algún milagro; quizás la ley de atracción; quizás algún secreto.
Pero todos, merecemos ser felices.
La vida nos golpea cuando menos lo esperamos; la preparación para conseguir logros, es así.
En la sorpresa, es cuando nos hacen mover algunas cosas internas.
La mente nos prueba; el corazón nos prepara; las ganas y deseos nos alimentan a ir por más.
Conseguir estar con alguien que queremos; tener un buen trabajo y que nos respeten; tener amistades fieles.
Mucho de lo que nos rodea es maravilloso y quizás, al estar o sentirnos llenos de dramas y problemas, no lo valoramos.
Tenemos sed de más; tenemos ansiedad de mucho.
Y no hablo de ambición; sino de que en esos momentos en que por más gente que haya a nuestro alrededor, sabemos muy bien lo qué es la soledad.
Queremos ser felices.
Todo nos lo debemos permitir.
En cada despertar tenemos nuevas experiencias y oportunidades.
En cada frase que leemos de algún libro; en cada video que recibimos en nuestro correo o quizás buscando en internet, vemos cosas que nos alegran y en las que estamos de acuerdo.
Siempre que buscamos, encontramos y mucho de lo que buscamos lo vemos y lo conseguimos; pero la búsqueda de felicidad no se encuentra en algún buscador de internet.
La búsqueda es interna y cuando logramos ver nuestra esencia; ver de lo que realmente estamos hechos; nos vamos ilusionando; nos vamos dando cuenta de lo mucho que valemos como personas, como seres humanos y ahí, es el tiempo para abrirnos a lo externo.
El corazón ya tiene deseos de ser mimado.
A nosotros, nos dan ganas de soñar, de pensar que podemos amar y ser amados.
Nuestros ojos se iluminan y en cada amanecer, una sonrisa se instala y nos guía.
Debemos darnos la oportunidad para ser feliz.
Quizás debamos tomarlo como misión y tener la suficiente fe para saber que en algún momento llegará ese día.
Nuestro entorno; esa gente que de verdad se preocupa por nosotros, nos lo hará saber.
La felicidad no solo es un estado emocional, sino que puede ser un estilo de vida.
Todo está en nosotros.
En cada recuerdo vivido con gente que nos hizo bien; que nos quiso y dimos lo mejor, nos recompensamos; nos alimentamos de toda esa energía para ir por más.
Mi felicidad, es saber que vos podés encontrar la tuya.
Y si puedo ayudarte, sabés que podés contar conmigo.
Siempre.
Al igual que la eternidad.
MARIANO SANTORO
En la vida, nada se nos regala.
No existen recetas; quizás algún milagro; quizás la ley de atracción; quizás algún secreto.
Pero todos, merecemos ser felices.
La vida nos golpea cuando menos lo esperamos; la preparación para conseguir logros, es así.
En la sorpresa, es cuando nos hacen mover algunas cosas internas.
La mente nos prueba; el corazón nos prepara; las ganas y deseos nos alimentan a ir por más.
Conseguir estar con alguien que queremos; tener un buen trabajo y que nos respeten; tener amistades fieles.
Mucho de lo que nos rodea es maravilloso y quizás, al estar o sentirnos llenos de dramas y problemas, no lo valoramos.
Tenemos sed de más; tenemos ansiedad de mucho.
Y no hablo de ambición; sino de que en esos momentos en que por más gente que haya a nuestro alrededor, sabemos muy bien lo qué es la soledad.
Queremos ser felices.
Todo nos lo debemos permitir.
En cada despertar tenemos nuevas experiencias y oportunidades.
En cada frase que leemos de algún libro; en cada video que recibimos en nuestro correo o quizás buscando en internet, vemos cosas que nos alegran y en las que estamos de acuerdo.
Siempre que buscamos, encontramos y mucho de lo que buscamos lo vemos y lo conseguimos; pero la búsqueda de felicidad no se encuentra en algún buscador de internet.
La búsqueda es interna y cuando logramos ver nuestra esencia; ver de lo que realmente estamos hechos; nos vamos ilusionando; nos vamos dando cuenta de lo mucho que valemos como personas, como seres humanos y ahí, es el tiempo para abrirnos a lo externo.
El corazón ya tiene deseos de ser mimado.
A nosotros, nos dan ganas de soñar, de pensar que podemos amar y ser amados.
Nuestros ojos se iluminan y en cada amanecer, una sonrisa se instala y nos guía.
Debemos darnos la oportunidad para ser feliz.
Quizás debamos tomarlo como misión y tener la suficiente fe para saber que en algún momento llegará ese día.
Nuestro entorno; esa gente que de verdad se preocupa por nosotros, nos lo hará saber.
La felicidad no solo es un estado emocional, sino que puede ser un estilo de vida.
Todo está en nosotros.
En cada recuerdo vivido con gente que nos hizo bien; que nos quiso y dimos lo mejor, nos recompensamos; nos alimentamos de toda esa energía para ir por más.
Mi felicidad, es saber que vos podés encontrar la tuya.
Y si puedo ayudarte, sabés que podés contar conmigo.
Siempre.
Al igual que la eternidad.
MARIANO SANTORO