De alguna manera, todos hemos sufrido.
Muchos males están al alcance diario y entre ellos, la angustia es una de las más difíciles de superar.
El no saber de qué se es culpable, en caso de un alejamiento personal, se deba a eso.
Pero si nos encerramos en eso, no salimos.
Una nueva mirada, una nueva persona llega de una extraña manera y te cuenta anécdotas.
Te da el positivismo que vos también tenés y vas compartiendo igualdad de pensamientos, más allá de la diferencia de edad.
La edad es tan solo un número, lo que cuenta es el crecimiento mental y darle importancia a eso.
Mirar la vida y disfrutarla.
Tratar de no analizar, ya que siempre que lo haremos, aparecerá algo que nos empuje del lado contrario al que deseamos ir.
La belleza de una persona viene de adentro, de su alma, de su corazón.
Las palabras pueden hacer daño y casi siempre, el silencio, dice más y expresa lo que sentimos realmente.
Las palabras envuelven cuando uno no está lo suficientemente bien de ánimo y transforma lo oído y lo hace malo.
Uno lee o escucha, según esté ese día.
Luchemos por estar bien cada día, ya que cada amanecer trae consigo experiencias.
Compartir lo que uno piensa y siente con alguien, no importa si se volverán a ver, lo importante es saber que no estamos solos y lo que creemos es solo nuestro.
No hay mayor soledad que pensar que nadie cree lo mismo que nosotros.
Miremos alrededor y con la frente alta, sabiendo que lo vivido fue de experiencia y aprendizaje.
Si dimos algo bueno, ojalá lo recuerden.
Es maravilloso quedar en la mente de la gente que ha pasado por nuestra vida.
Pasemos a sentirnos libres al pensar y al sentir.
Exterioricemos todo lo que sea verdadero y sincero.
No temamos mostrar el corazón, aunque del otro lado no entiendan el mensaje.
Nuestro deber es ser 100% reales y ya con eso, tenemos mucho camino ganado.
MARIANO SANTORO
Muchos males están al alcance diario y entre ellos, la angustia es una de las más difíciles de superar.
El no saber de qué se es culpable, en caso de un alejamiento personal, se deba a eso.
Pero si nos encerramos en eso, no salimos.
Una nueva mirada, una nueva persona llega de una extraña manera y te cuenta anécdotas.
Te da el positivismo que vos también tenés y vas compartiendo igualdad de pensamientos, más allá de la diferencia de edad.
La edad es tan solo un número, lo que cuenta es el crecimiento mental y darle importancia a eso.
Mirar la vida y disfrutarla.
Tratar de no analizar, ya que siempre que lo haremos, aparecerá algo que nos empuje del lado contrario al que deseamos ir.
La belleza de una persona viene de adentro, de su alma, de su corazón.
Las palabras pueden hacer daño y casi siempre, el silencio, dice más y expresa lo que sentimos realmente.
Las palabras envuelven cuando uno no está lo suficientemente bien de ánimo y transforma lo oído y lo hace malo.
Uno lee o escucha, según esté ese día.
Luchemos por estar bien cada día, ya que cada amanecer trae consigo experiencias.
Compartir lo que uno piensa y siente con alguien, no importa si se volverán a ver, lo importante es saber que no estamos solos y lo que creemos es solo nuestro.
No hay mayor soledad que pensar que nadie cree lo mismo que nosotros.
Miremos alrededor y con la frente alta, sabiendo que lo vivido fue de experiencia y aprendizaje.
Si dimos algo bueno, ojalá lo recuerden.
Es maravilloso quedar en la mente de la gente que ha pasado por nuestra vida.
Pasemos a sentirnos libres al pensar y al sentir.
Exterioricemos todo lo que sea verdadero y sincero.
No temamos mostrar el corazón, aunque del otro lado no entiendan el mensaje.
Nuestro deber es ser 100% reales y ya con eso, tenemos mucho camino ganado.
MARIANO SANTORO